Arquitectura Pública Monumental en ITALICA AELIA AVGVSTA - Nivel II: Forum/Thermae/Ludi

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Tipo Descripción Salas, Dependencias y Edificios

Forum

Dentro de este programa de desarrollo de su arquitectura pública monumental, un espacio destacado lo ocupó el complejo forense, pese a que el conocimiento que se tiene sobre él es bastante parco en contraste con la notable cantidad de elementos escultóricos asociados al mismo. De las estructuras aparecidas en la avenida Extremadura en 1840 sólo se conserva un mosaico de opus signinum que estuvo asociado a un desaparecido templo dedicado a Apolo bajo la inscripción de Marcus Trahius, no obstante, gracias al detallado croquis que nos legó Ivo de la Cortina (1840), es posible identificar entre los restos representados en el plano el ángulo suroeste del pórtico del foro, así como parte del espacio abierto en el que se representan pedestales y esculturas de gran tamaño, un pasillo de pequeñas dimensiones que podría corresponder a una canalización en el límite sur del pórtico, y una sala que parece estar a una cota inferior a la plaza, pudiendo ser un ninfeo o cisterna añadida en una fase posterior a la construcción del conjunto (Amores y Rodríguez, 1987; Hidalgo Prieto, 2003, 98-99; Hidalgo y Márquez, 2010; Beltrán Fortes 2008; 2012). Los estudios realizados sobre su decoración arquitectónica (Peña Jurado, 2005; Portillo Gómez, 2013) permiten establecer paralelismos entre el forum italicense y el forum augustum. Entre los elementos arquitectónicos empleados destaca el uso de los clípeos tipo 2, única réplica fiel del modelo augusteo que se ha documentado hasta la fecha, con un tamaño que ronda los 160 cm de diámetro (Ahrens, 2002) –frente a los 230 cm del modelo del Foro de Augusto-, que los sitúa al mismo nivel que los empleados en Mérida y Tarragona – con 160 y 150 cm respectivamente-. Pese a la escasez de restos, para el complejo forense de Italica se han establecido hipotéticas fases constructivas fundamentadas en el abundante número de evidencias escultóricas, la epigrafía y los exiguos datos recuperados de las intervenciones arqueológicas: - Fase tardorrepublicana. A finales del I a.C., coincidiendo con el primer gran período de expansión urbanística de la ciudad, debió tener lugar la construcción del complejo forense, posiblemente con una plaza sin pavimentar, utilizando el pedestal dedicado a Tiberio con una cronología anterior al 4 a.C. como elemento datante. - Fase augustea/julio-claudia. Durante esta segunda etapa se llevaría a cabo una hipotética monumentalización del complejo, pavimentándose la plaza, añadiendo las canalizaciones exteriores y el ninfeo/cisterna (Hidalgo Prieto, 2003, 98-99). A este período se podría adscribir la abundante colección de esculturas de época augustea; una fase que en el resto de complejos béticos se desarrolla entre los reinados de Augusto y Claudio. Se trata del primer gran impulso monumentalizador de la provincia en el cual se plasmará el mismo programa que el desplegado en el Foro de Augusto en Roma (Peña Jurado, 2005; Portillo Gómez, 2013). - Fase trajano-adrianea. La parquedad de datos extraídos en las intervenciones arqueológicas impide poder discernir la existencia de remodelaciones durante la fase de mayor transformación del paisaje urbano, si bien es más que probable que éstas tuvieran lugar como en el resto de fora béticos, donde en la mayoría de los cuales se constata un segundo impulso monumentalizador. Esta posible tendencia tendría su constatación en la riqueza de sus esculturas, epígrafes y en el urbanismo de la Nova Urbs (Rodero Pérez, 2002; Ojeda Nogales, 2008; Caballos Rufino, 2010). - Siglo III. La recuperación de, al menos, una evidencia epigráfica fechada en esta centuria, parece indicar el mantenimiento de las funciones públicas del foro, aunque, y tomando como referencia las cronologías propuestas en el resto de fora de la Provincia, se produciría un abandono progresivo a lo largo de la misma. - Fase de abandono. La contracción urbanística que se produjo en momentos finales del período antonino concentró en la Vetus Urbs a la mayoría de la población italicense. El abandono de la "nueva" itálica y sus monumentales infraestructuras evidencian la caída del sistema urbano y, por ende, del propio foro, un período que se podría situar a partir de mediados/finales del III o principios del IV, como parece indicar la ausencia de epígrafes y esculturas de dicha época.
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Thermae

Termas Menores (Gómez Araujo, 2010a y b; 2013). La propuesta sobre la ubicación e identificación de espacios es la siguiente (Hidalgo y Gómez, 2010, 107): el acceso se efectuaría desde el pórtico del cardo, situado inmediatamente a oriente, que daría paso a un vestíbulo. Desde allí y al sur se encontraría un apodyterium directamente comunicado al oeste con una gran sala o frigidarium. Al oeste el apodyterium y al sur el frigidarium comunicarían con la zona templada y cálida a través de una estancia que funcionaría como tepidarium, que comunica a su vez con dos estancias que desempeñarían la función de laconicum o sudatorium. Finalmente, la sala absidada de la cabecera se interpreta actualmente, no como una piscina cálida, sino como un caldarium, con el que concluiría el circuito del baño. El pasillo dispuesto al norte de este último espacio constituye un pasillo de servicio destinado al mantenimiento de los praefurnia de aquél. Parecen identificarse dos sectores de uso, uno masculino, situado al sur, y otro femenino, al norte.
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Thermae

Termas Mayores (Gómez Araujo, 2008; 2010b; 2013). Éstas constituyen uno de los hitos más significativos de la ampliación adrianéa en su extremo occidental, aunque quizá en una segunda fase de la misma, llegando a ocupar el conjunto una superficie de más de 32.000 m2. Este complejo se distingue por la presencia de una gran palestra aneja a su flanco meridional, con unas dimensiones tales que permitía, además de la práctica de los ejercicios comunes, el desarrollo de pruebas ecuestres. Se trata de un complejo termal compuesto por gimnasio de tipología helenística y edificio balneario, compuesto a su vez por: área de acceso y servicios; frigidarium caracterizado por una gran piscina o natatio; tepidarium; y caldarium, significado por una gran estancia absidada. El área excavada se concentra en el centro de la manzana de los baños y en su fachada principal. El ingreso en este conjunto fabricado con opus testaceum se realizaría por medio de una escalinata ubicada al este, de la que sólo se conserva parte de la cimentación. El usuario accedía al vestíbulo, junto al que se situarían oficinas y salas destinadas al servicio del establecimiento. En el intervalo espacial que antecede a la natatio debían encontrarse los vestuarios de la misma. En su lado menor, al fondo, se abría un acceso al frigidarium y desde este punto podía pasarse tanto al área templada como al peristilo pavimentado con mosaico. Éste servía de nexo entre las dos temperaturas y quizás vertebraba también el paso a instalaciones complementarias, como la biblioteca o las salas de reuniones. Antes de ingresar en la sala que antecede al gran caldarium hay otro espacio de notable entidad que pudo servir para articular el tránsito entre caldarium y tepidarium. Este ámbito pudo utilizarse como lugar para el almacenamiento de mobiliario y de combustible, dada su situación próxima a la trasera del caldarium, donde estaban instalados los hornos principales, praefurnia. El área cálida estaba vertebrada en torno al caldarium y a ella pertenecían las estancias que lo flanquean y, muy posiblemente, la que lo separa del frigidarium.
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Ludi Munera

El anfiteatro de Itálica se construyó en el siglo II d.C. dentro del programa adrianeo de ampliación de la ciudad, convirtiéndose en un auténtico paradigma de anfiteatro Flavio en esta región. Su ubicación podría calificarse como “canónica”, al situarse extramuro, anexo al lienzo norte de la muralla de la Nova Urbs, junto a la puerta del cardo máximo. Más allá de la espectacularidad de sus dimensiones o la perfección de su diseño, aquí se evidencia la conexión de la gladiatura con la religiosidad según se desprende de las huellas de pies talladas en placas marmóreas en el pavimento de la avenida triunfal y en la zona norte del edificio, una capilla o sacellum de planta trapezoidal para el culto a Némesis -divinidad preferida de los gladiadores (Beltrán Fortés, 2001)-, y Caelestis, además de otras advocaciones no necesariamente vinculadas con el ambiente anfiteatral (Beltrán y Rodríguez, 2004). Estructuralmente, el edificio está parcialmente soterrado, construyéndose sobre la superficie el equivalente a la media y summa cavea, y los tramos de fachada del eje mayor. Sus dimensiones se proponen en la actualidad en 152,3 x 127,7 m, basándose en un modelo constructivo articulado en torno a un óvalo de cuatro focos con proporción entre ellos de triángulo pitagórico 3:4:5. Su aforo, tradicionalmente situado entre 20 y 35.000 espectadores, se estima actualmente, a partir de cálculos que han combinado la superficie exacta de todos los espacios, tanto ocupados como no ocupados de la edificación, en una cifra afinada de 32.045 espectadores (Jiménez Hernández, 2015, 132).
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Ludi Scaenici

Desde sus primeros reconocimientos durante el siglo XVIII, por parte de F. de Zevallos, monje del Monasterio de San Isidoro del Campos, hasta el momento actual, muchos han sido los ríos de tinta vertidos sobre el edificio, así como las intervenciones sobre él practicadas y ello a pesar de las dificultades emanadas de su quasi completa fosilización en el entramado urbano de la actual Santiponce hasta fines del siglo XX (Rodríguez Gutiérrez, 1997 1999b, 2000, 2001a y b, 2004, 2008, 2010, 2011a y b) Las últimas excavaciones de 2009 han aportado novedades de gran interés respecto de su cronología así como de las diversas remodelaciones producidas en el edificio y que llevan hasta su uso ya residual en el siglo V d.C. (Jiménez y Pecero, 2011, 389; Jiménez, Rodríguez e Izquierdo 2013, y Fernández Naranjo, 2014), confirmándose la hipótesis de que el teatro fue inicialmente construido, en torno al cambio de Era, con unas dimensiones menores, tal y como parecen indicar un doble muro de celdillas que separa las ima y media cavea y que debió funcionar como fachada trasera inicial, y un acceso directo desde la ciudad mediante la construcción de una escalera que debía salvar un desnivel de 7 m. Durante la primera mitad del siglo I el teatro es reformado para incluir un graderío superior. A principios del siglo II en el contexto del gobierno adrianeo, se construirán nuevas dependencias que rodean el templo al exterior de la porticus (Jiménez y Pecero, 2011, 380-384) donde se introducirán estructuras vinculadas con los cultos isíacos: la cámara o espacio propiamente dicho; un estanque; un altar, localizado entre la fachada del templo y el estanque central; y finalmente el focus, localizado al noroeste del estanque central y a eje con respecto al acceso a la cripta, tal como suele ser habitual en las plantas de los edificios de culto isíaco (Jiménez, Rodríguez e Izquierdo, 2013, 289).
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