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Musivaria de HISPALIS IVLIA ROMVLA
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Conventus
Ciudad
Síntesis Musivaria
Los hallazgos de los últimos años en la ciudad de Sevilla, en terrenos del antiguo espacio urbano de Hispalis, han comenzado a testimoniar la relevancia que como capital del conventus debió tener la decoración musiva de algunos de sus edificios, en particular de las domus en las que residían las elites locales. A este respecto, dada la ocupación ininterrumpida del solar de la antigua Hispalis Iulia Romula hasta la actualidad, el número de pavimentos conocidos hasta el siglo XXI era realmente exiguo, apenas un pavimento con representación de venados (Blázquez, 1982, núm. 7), el mosaico blanquinegro de thiasos marino de un edificio termal hallado en la Cuesta del Rosario que se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla, otro pavimento en los sótanos de un edificio de la calle Imagen, núm. 2, esquina a la Encarnación (Amores, 2015, 14), y el polícromo con escena de pesca de otro complejo termal que se conserva in situ en el Hotel Seixes (López Monteagudo y Neira, 2010, p. 179, fig. 244). Ya en el presente siglo, es de destacar el hallazgo del mosaico con epígrafe del sacellum descubierto en la Avenida de Roma, hoy en el Museo Arqueológico de Sevilla, y el descubrimiento de un mosaico geométrico de una domus perirurbana, en la calle San Luis, que se encuentra actualmente en el Centro de las Artes de Sevilla (Amores, 2015, 13-14). No obstante, por diversas razones el conjunto más espectacular corresponde a la excavación del solar de la Encarnación entre 2003 y 2010, que dio como resultado la documentación de cuatro fases de ocupación con edificaciones, la mayoría domus, otras identificadas como hospitia y quizás algún edificio de uso industrial, incluidos 47 pavimentos de mosaico y uno de opus sectile, de los siglos II y III, pero también, aunque en menor número, de los siglos IV y V (Amores, 2015, 19-21). En las circunstancias actuales, la conciencia acerca de la valoración del patrimonio arqueológico ha supuesto el impulso y desarrollo de un magno proyecto que ha incluido las pertinentes labores de restauración, entre otros, de las estructuras arquitectónicas y los mosaicos, las obras de musealización de La Encarnación y, en suma, su conservación in situ, de modo que en el llamado Antiqvarium se puede visitar un conjunto muy representativo de 6 domus y 1 hospitium, con sus correspondientes mosaicos, un total de 33 (Amores, 2015, 21, fig. 7), como reflejo de una parte de la Colonia Iulia Romula y su evolución en la época imperial, ya que se han seleccionado para su conservación y exhibición restos de las diferentes fases. En lo referente al repertorio musivo, estudiado por López Monteagudo en una magnífica monografía (López Monteagudo, 2015, 27-121), es de resaltar la documentación de un gran número de signina así como de pavimentos en opus tessellatum decorados con composiciones geométricas (López Monteagudo, 2015, 92-117; figs. 35-59), una gran mayoría como es habitual en la musivaria romana de todo el Imperio, que en algunos mosaicos incluye también motivos figurados. Entre ellos es de destacar algunos temas novedosos no solo en el conventus hispalensis, sino en el conjunto de la musivaria hispana, como la representación de un asarotos oikos, bien atestiguada desde época temprana en mosaicos itálicos, aunque no exclusivamente, de particular simbolismo según ha puesto de manifiesto recientemente Santiago Montero en un interesante volumen (Montero, 2017, 11-26, 52-60), en la estancia 7 de un edificio identificado por los excavadores como hospitium de los Delfines, donde también se aprecia figuras del repertorio báquico muy dañadas y otros pavimentos polícromos muy interesantes (López Monteagudo, 2015, 71-75, figs. 1-2, 14-25), o la conocida imagen de las palomas posadas en una fuente de surtidor, bien documentada en emblemata de época helenística y altoimperial e inspirada en la imagen de Sosos de Pérgamo (Pl. NH, XXXVI, 184) de gran pervivencia hasta la Antigüedad Tardía, como emblema de una gran composición geométrica del pavimento del hospitium de los triclinia (López Monteagudo, 2015, 55, figs.7-10), aunque en el mosaico hispalense las palomas juntan sus picos sin beber de la fuente, así como la alegoría de una ninfa bajo la forma de busto en el medallón inscrito en el cuadro central de una composición blanquinegra de hexágonos y rombos, en forma de nido de abeja, en la denominada Casa de la Ninfa, donde también se documenta un pavimento muy fragmentario con animales, un toro y un oso, en cuadros independientes, quizás en alusión a los espectáculos celebrados en el anfiteatro (López Monteagudo, 2015, 65-67, figs. 11-12; 89, fig. 32-33). No obstante, también se documentan representaciones habituales del repertorio musivo de la Baetica e Hispania y en general del Imperio, como son Medusa, en un gorgoneion, de simbolismo apotropaico (Neira, 2015, 32-57), aquí en el centro de una composición geométrica polícroma en el edificio D, la máscara de Océano, con aquella iconografía (Neira, 2018) según la cual, a pesar de su estado muy fragmentario, sus barbas aparecían continuadas por sendos delfines en un escenario acuático indicado también por figuras de peces y trazos que simulan el movimiento de las aguas, en un espacio absidado de la primera fase de la casa de Océano, similar a su posición en Carranque (López Monteagudo, 2015, fig. 13), integrantes de la fauna marina en uno de los pavimentos del citado hospitium, y el Triunfo de Baco, muy lagunoso, aunque es perceptible su iconografía habitual, sobre un carro tirado por felinos avanzando hacia la derecha, en compañía probablemente de Ariadna, en el octógono central de un cuadro, donde también figuran los bustos dionisíacos, las Estaciones y grandes cráteras en varios compartimentos, en una composición geométrica que combina la bicromía y la policromía en el pavimento del gran triclinio de la casa de Baco, que sería posteriormente objeto de remodelación (López Monteagudo, 2015, 78-82; figs. 26-31). Como dato igualmente a destacar, el rigor de la excavación científica ha desvelado la ampliación de una domus, la denominada domus de las Columnas, en la segunda mitad del siglo IV a costa de otras preexistentes, la domus del Triunfo de Baco, de la Ninfa, de los Dameros y de Océano, cuyos pavimentos fueron adaptados a la nueva funcionalidad de las estancias, destacando en los pasillos norte, sur y oeste del peristilo los mosaicos geométricos de cruces de scuta, decorados con guirnaldas florales (López Monteagudo, 2015, 34, 43-49, figs. 4-5), en particular, la corona de laurel en el corredor norte y la guirnalda floral en el sur, interpretadas por Guadalupe López como alegorías del triunfo, indicativo de las virtudes masculinas, y del mundo femenino, respectivamente, y por tanto símbolo en el espacio abierto del peristilo como indicadores de acceso a las estancias privadas destinadas a varones y a féminas.
Repertorio de Consulta
- Amores Carredano, F. (2015), “Introducción”, Los mosaicos de la Plaza de la Encarnación. Roma en Sevilla (López Monteagudo, G.), Sevilla, 11-25. - Blázquez Martínez, J.M. (1982), Mosaicos romanos de Sevilla, Granda, Cádiz y Murcia. Corpus de Mosaicos Romanos de España IV, Madrid. - López Monteagudo, G. (2015), Los mosaicos de la Plaza de la Encarnación. Roma en Sevilla, Sevilla. - Montero Herrero, S. (2017), La escoba y el barrido ritual en la religión romana, Madrid-Salamanca. - Neira Jiménez, L. (2015), Medusa en los mosaicos romanos. De la mirada que petrificaba a una mirada apotropaica”, Arts&Humanitas. Journal of Arts and Humanities, IX/1, 32-57 +15 figs. (2018), “Océano en los mosaicos romanos. A propósito de un pavimento de Colonia Patricia”, Anales de Arqueología Cordobesa, 29, en prensa.
Pavimentos Musivos Destacables (1)
Documentación Gráfica
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