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Análisis de las Fuentes Literarias de ILITVRGI FORVM IVLIVM
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Cita de Autor
Liv., 26, 17 (Flamstead & Seymour, Oxford, 1964)
Texto
26. 17. Romani patres perfuncti quod ad Capuam attinebat cura, C. Neroni ex iis duabus legionibus quas ad Capuam habuerat sex milia peditum et trecentos equites quos ipse legisset et socium Latini nominis peditum numerum parem et octingentos equites decernunt. eum exercitum Puteolis in naues impositum Nero in Hispaniam transportauit. cum Tarraconem nauibus uenisset, expositisque ibi copiis et nauibus subductis socios quoque nauales multitudinis augendae causa armasset, profectus ad Hiberum flumen exercitum ab Ti. Fonteio et L. Marcio accepit. inde pergit ad hostes ire. Hasdrubal Hamilcaris ad Lapides Atros castra habebat; in Ausetanis is locus est inter oppida Iliturgim et Mentissam. huius saltus fauces Nero occupauit. Hasdrubal, ne in arto res esset, caduceatorem misit qui promitteret si inde missus foret se omnem exercitum ex Hispania deportaturum. quam rem cum laeto animo Romanus accepisset, diem posterum Hasdrubal conloquio petiuit ut coram leges conscriberentur de tradendis arcibus urbium dieque statuenda ad quam praesidia deducerentur suaque omnia sine fraude Poeni deportarent. quod ubi impetrauit, extemplo primis tenebris atque inde tota nocte quod grauissimum exercitus erat Hasdrubal quacunque posset euadere e saltu iussit. data sedulo opera est ne multi ea nocte exirent, ut ipsa paucitas cum ad hostem silentio fallendum aptior, tum ad euadendum per artas semitas ac difficiles esset. uentum insequenti die ad conloquium est; sed loquendo plura scribendoque dedita opera quae in rem non essent die consumpto, in posterum dilatum est. addita insequens nox spatium dedit et alios emittendi; nec postero die res finem inuenit. ita aliquot dies disceptando palam de legibus noctesque emittendis clam e castris Carthaginiensibus absumptae. et postquam pars maior emissa exercitus erat, iam ne iis quidem quae ultro dicta erant stabatur; minusque ac minus, cum timore simul fide decrescente, conueniebat. iam ferme pedestres omnes copiae euaserant e saltu cum prima luce densa nebula saltum omnem camposque circa intexit. quod ubi sensit Hasdrubal, mittit ad Neronem qui in posterum diem conloquium differret: illum diem religiosum Carthaginiensibus ad agendum quicquam rei seriae esse. ne tum quidem suspecta fraus cum esset, data uenia eius diei, extemploque Hasdrubal cum equitatu elephantisque castris egressus sine ullo tumultu in tutum euasit. hora ferme quarta dispulsa sole nebula aperuit diem, uacuaque hostium castra conspexerunt Romani tum demum Claudius Punicam fraudem adgnoscens ut se dolo captum sensit, proficiscentem institit sequi paratus confligere acie. sed hostis detractabat pugnam; leuia tamen proelia inter extremum Punicum agmen praecursoresque Romanorum fiebant.
Traducción
26. 17. Libre de preocupación en lo que a Capua se refería, el senado romano acordó asignar a Gayo Nerón seis mil soldados de infantería y trescientos de caballería, elegidos por él entre las dos legiones que había tenido a sus órdenes en Capua, y otros tantos soldados de a pie y ochocientos jinetes de los aliados de la confederación latina. Este ejército embarcó en Putéolos y Nerón lo condujo a Hispania. Llegó a Tarragona con las naves, desembarcó allí las tropas, y después de varar las naves armó también a las tripulaciones para incrementar el número de tropas; partió hacia el Ebro y se hizo cargo del ejército de Tiberio Fonteyo y Lucio Marcio. Después emprendió la marcha en dirección al enemigo. Asdrúbal el de Amílcar tenía su campamento en Piedras Negras, lugar éste situado en la Ausetania entre las plazas de Iliturgi y Mentisa. Era un desfiladero, cuya entrada ocupó Nerón. Asdrúbal, ante el temor a verse atrapado, envió un parlamentario con la promesa de que si le permitía salir de allí sacaría de Hispania todas sus tropas. El romano aceptó la propuesta de muy buen grado y Asdrúbal pidió una entrevista para el día siguiente para acordar personalmente los términos de la entrega de las ciudadelas de las ciudades y fijar la fecha de la retirada de las guarniciones de forma que los cartagineses pudieran llevarse todas sus cosas sin daño. Aceptado esto, Asdrúbal ordenó que las tropas más pesadas fueran saliendo del desfiladero por donde pudieran, comenzando al anochecer y continuando durante toda la noche. Puso el mayor cuidado en que no salieran muchos aquella noche, puesto que un número reducido era en sí más adecuado tanto para pasar en silencio sin que el enemigo se diera cuenta como para escapar por veredas angostas y difíciles. Al día siguiente, acudieron a la conferencia, pero se pasó el día hablando mucho y escribiendo deliberadamente detalles que no venían al caso, y hubo que dejarlo para el día siguiente. El contar con otra noche dio lugar a evacuar a más hombres, y tampoco al otro día se acabó la cosa. De esta forma pasaron varios días discutiendo públicamente las condiciones y varias noches haciendo salir en secreto cartagineses del campamento. Y cuando ya había salido la mayor parte del ejército, ya ni siquiera se mantenían las propias propuestas iniciales y el acuerdo estaba cada vez más lejano, pues había menos motivos para mantener la palabra a medida que había menos que temer. Cuando ya habían salido del desfiladero casi todas las tropas de infantería, un día, al amanecer, una densa niebla envolvió por completo el desfiladero y los campos del contorno. Nada más percatarse de ello, Asdrúbal mandó a Nerón aviso para que se aplazasen las conversaciones para el día siguiente, pues aquel día por motivos religiosos los cartagineses no podían tratar ningún asunto importante. Como ni siquiera entonces se sospechó el engaño, se les concedió aquel día de favor, y Asdrúbal, saliendo inmediatamente del campamento con la caballería y los elefantes sin hacer ruido alguno llegó a lugar seguro. Aproximadamente tres horas después de amanecer, el sol disipó la niebla y abrió el día, y los romanos vieron vacío el campamento enemigo. Por fin entonces se dio cuenta Claudio del engaño cartaginés, y nada más comprender que había caído en una trampa se lanzó en persecución de los que se habían marchado, preparado para entrar en combate. Pero el enemigo rehuía el enfrentamiento. Se producían, no obstante, pequeñas escaramuzas entre la retaguardia de la columna cartaginesa y la vanguardia de los romanos. (Trad. J. A, VILLAR VIDAL, Gredos)
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