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Análisis de las Fuentes Literarias de VCVBI CLARITAS IVLIA
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Cita de Autor
Bellum Hispaniense, 24, Pontet, Oxford, 2005
Texto
[24] Postero die ad Soricariam utrorumque convenere copiae. Nostri brachia ducere coeperunt. Pompeius cum animadverteret castello se excludi Aspavia, quod est ab Ucubi milia passuum V, haec res necessario devocabat ut ad dimicandum descenderet. Neque tamen aequo loco sui potestatem faciebat, sed ex grumo… Excelsum tumulum capiebant, usque eo ut necessario cogeretur iniquum locum subire. Quo de facto cum utrorumque copiae tumulum excellentem petissent, prohibiti a nostris sunt deiecti planitie. Quae res secundum nostris efficiebat proelium. undique cedentibus adversariis non parum magna in caede versabantur. Quibus mons, non virtus saluti fuit. Quo sub sidio [paulum modo restiterunt, sic] ut nisi advesperasset, a paucioribus nostris omni auxilio privati essent. Nam ceciderunt ex levi armatura CCCXXIIII, ex legionariis CXXXVIII, praeterquam quorum arma et spolia sunt ablata. Ita pridie duorum centurionum interitio hac adversariorum poena est litata.
Traducción
24. Al día siguiente los dos ejércitos confluyeron junto a Soricaria. Los nuestros empezaron a cavar trincheras. Pompeyo, al ver que se le cerraba la comunicación con el fortín de Aspavia, que está a cinco millas de Ucubis, comprendió que esta situación le obligaba a presentar batalla; sin embargo, no se atrevía a hacerlo en terreno llano, sino que partiendo de un pequeño montículo trataban de tomar una posición más elevada, de forma que César se viera constreñido a afrontar un terreno desfavorable. Como consecuencia de ello, al intentar uno y otro ejército tomar el collado que sobresalía, los nuestros se lo impidieron y los hicieron retroceder hasta la llanura. Esta maniobra volvía el combate favorable a nuestros intereses. Los enemigos retrocedían por todas partes y se veían inmersos en una tremenda carnicería; fue una colina y no el valor lo que los salvó. Pese a disfrutar de esta ayuda, si no hubiese anochecido, los nuestros con muy pocos efectivos hubiesen podido cortarles toda posibilidad de ayuda. Así pues, perecieron trescientos veinticuatro soldados de infantería ligera, ciento treinta y ocho legionarios, aparte de los que perdieron armas y bagajes. Así, la muerte de los dos centuriones del día anterior quedó vengada con este castigo infligido al enemigo. (Trad. de J. Calonge y P. J. Quetglas, Gredos)
Documentación Gráfica
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