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Análisis de las Fuentes Literarias de ILIPA ILIA
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Cita de Autor
Livio, 28, 12 Flamstead Walters, C. et Seymour Conway
Texto
XXVIII, 12 …In Hispania res quadam ex parte eandem fortunam, quadam longe disparem habebant ; eandem quod proelio uicti Carthaginienses duce amisso in ultimam Hispaniae oram usque ad Oceanum compulsi erant, disparem autem quod Hispania non quam Italia modo sed quam ulla pars terrarum bello reparando aptior erat locorum hominumque ingeniis. Itaque ergo prima Romanis inita prouinciarum, quae quidem continentis sint, postrema omnium nostra demum aetate ductu auspicioque Augusti Caesaris perdomita est. Ibi tum Hasdrubal Gisgonis, maximus clarissimusque eo bello secundum Barcinos dux, regressus ab Gadibus rebellandi spe, adiuuante Magone Hamilcaris filio dilectibus per ulteriorem Hispaniam habitis ad quinquaginta milia peditum, quattuor milia et quingentos equites armauit. De equestribus copiis ferme inter auctores conuenit : peditum septuaginta milia quidam adducta ad Silpiam urbem scribunt. Ibi super campos patentes duo duces Poeni ea mente ne detractarent certamen consederunt. Silpiam ΠN: salapiam θ: Ilipam Schweighaueser ad Polyb. ΙΙ. 20. Ι
Traducción
28, 12. … En Hispania las cosas corrían una suerte en parte identica y en parte muy diferente. Idéntica, porque los cartagineses, vencidos en batalla y perdido un general, habían sido rechazados a la costa hispana más alejada, junto al Océano; diferente, en cambio, porque Hispania, debido a la naturaleza del terreno y a la manera de ser de los hombres, era más apropiada no ya que Italia, sino que cualquier otra parte del mundo para un relanzamiento de la guerra. Por esa razón, siendo la primera provincia en que penetraron los romanos—de las que pertenecen al continente, claro está—, fue la última de todas en ser sometida, y sólo en nuestra época, bajo el mando y los auspicios de Augusto César. Allí entonces Asdrúbal el de Gisgón, el general más grande y brillante de aquella guerra después de los Barca, regresó de Cádiz con esperanzas de reemprender la acción armada, y con la ayuda de Magón, el hijo de Amílcar, hizo una leva en la Hispania ulterior y armó cerca de cincuenta mil soldados de infantería y cuatro mil quinientos de a caballo. En lo referente a la cifra de jinetes, prácticamente hay acuerdo entre los historiadores; en cuanto a la infantería, algunos escriben que se concentraron cerca de setenta mil hombres en la ciudad de Silpia. Aquí, dominando unas llanuras abiertas, tomaron posiciones los dos generales cartagineses, decididos a no rehuir el combate. (Trad.: Villar Vidal, J. A., Gredos)
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