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Análisis de las Fuentes Literarias de CARMO
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Cita de Autor
Bell. Alex. 64, 1 Pontet, Oxford, 2005
Texto
[64] Cum iter Cassio patefactum esset, castra Marcellus cum Lepido coniungit. Lepidus eodem tempore Marcellusque Cordubam cum suis, Cassius proficiscitur Carmonem. Sub idem tempus Trebonius proconsul ad provinciam obtinendam venit. De cuius adventu ut cognovit Cassius, legiones quas secum habuerat equitatumque in hiberna distribuit; ipse omnibus suis rebus celeriter correptis Malacam contendit ibique adverso tempore navigandi navis conscendit, ut ipse praedicabat, ne se Lepido et Trebonio et Marcello committeret, ut amici eius dictitabant, ne per eam provinciam minore cum dignitate iter faceret cuius magna pars ab eo defecerat, ut ceteri existimabant, ne pecunia illa ex infinitis rapinis confecta in potestatem cuiusquam veniret. Progressus secunda ut hiberna tempestate cum in Hiberum flumen noctis vitandae causa se contulisset, inde paulo vehementiore tempestate, nihilo periculosius se navigaturum credens, profectus, adversis fluctibus occurrentibus ostio fluminis, in ipsis faucibus, cum neque flectere navem propter vim fluminis neque directam tantis fluctibus tenere posset, demersa nave periit.
Traducción
64. Al tener Casio vía libre, Marcelo une su campamento con el de Lépido. Al mismo tiempo que Lépido y Marcelo se dirigen con sus tropas a Córdoba, Casio se dirige a Carmona. Aproximadamente por los mismos días llega Trebonio para hacerse cargo de la provincia en calidad de procónsul. Cuando Casio se enteró de su llegada, distribuyó las legiones que había tenido consigo y la caballería por los campamentos de invierno; él mismo, tomadas a toda prisa todas sus pertenencias, se dirige a Málaga y allí, pese a la adversidad del tiempo, embarca en una nave, según decía él, para no tener que entregarse a Lépido, a Trebonio o a Marcelo, o bien, según decían sus amigos, para no tener que atravesar de forma menos digna la provincia que en su mayor parte se le había vuelto en contra, o bien, como pensaba el resto, para que las riquezas acumuladas en tantos actos de rapiña no cayeran en poder de nadie más. Habiendo, pues, partido con tiempo favorable, aunque era invierno, se refugió en el río Ebro para evitar los peligros de la noche; pensando que desde allí podría navegar sin mayor peligro, pese a que el tiempo había empeorado un poco, reemprendió la navegación; pero se encontró con que en el propio cauce del río las olas le atacaban de proa y, en la misma desembocadura, al no poder virar la nave a causa de la corriente del río ni mantener el rumbo recto en medio de tanto oleaje, la nave zozobró y él encontró la muerte. (Trad. de J. Calonge y P. Quetglas, Gredos)
Documentación Gráfica
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