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Análisis de las Fuentes Literarias de VLIA FIDENTIA
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Cita de Autor
El topónimo se referencia en dos pasajes del Bellum Alexandrinum (Bell. Alex., 61, 63, Pontet Oxford, 2005
Texto
[61] Erat copiis pedestribus multo firmior Marcellus; habebat enim veteranas nultisque proeliis expertas legiones. Cassius fidei magis quam virtuti legionum confidebat. Itaque, cum castra castris collata essent et Marcellus locum idoneum castello cepisset quo prohibere aqua Cassianos posset, Longinus, veritus ne genere quodam obsidionis clauderetur in regionibus alienis sibique infestis, noctu silentio ex castris proficiscitur celerique itinere Uliam contendit, quod sibi fidele esse oppidum credebat. Ibi adeo coniuncta ponit moenibus castra ut et loci natura — namque Ulia in edito monte posita est — et ipsa munitione urbis undique ab oppugnatione tutus esset. Hunc Marcellus insequitur et quam proxime potest Uliam castra castris confert locorumque cognita natura, quo maxime rem deducere volebat, necessitate est deductus ut neque confligeret — cuius si rei facultas esset, resistere incitatis militibus non poterat — neque vagari Cassium latius pateretur, ne plures civitates ea paterentur quae passi erant Cordubenses. Castellis idoneis locis collocatis operibusque in circuitu oppidi continuatis Uliam Cassiumque munitionibus clausit. Quae prius quam perficerentur, Longinus omnem suum equitatum emisit; quem magno sibi usu fore credebat, si pabulari frumentarique Marcellum non pateretur, magno autem fore impedimento, si clausus obsidione et inutilis necessarium consumeret frumentum. [63] Interim Lepidus ex citeriore provincia cum cohortibus legionariis XXXV magnoque numero equitum et reliquorum auxiliorum venit ea mente Uliam, ut sine ullo studio contentiones Cassi Marcellique componeret. Huic venienti sine dubitatione Marcellus se credit atque offert; Cassius contra suis se tenet praesidiis, sive eo quod plus sibi iuris deberi quam Marcello existimabat, sive eo quod ne praeoccupatus animus Lepidi esset obsequio adversarii verebatur. Ponit ad Uliam castra Lepidus neque habet a Marcello quicquam divisi. Ne pugnetur interdicit; ad exeundum Cassium invitat fidemque suam in re omni interponit. Cum diu dubitasset Cassius quid sibi faciendum quidve Lepido esset credendum, neque ullum exitum consili sui reperiret si permaneret in sententia, postulat uti munitiones disicerentur sibique liber exitus daretur. Non tantum indutiis factis sed prope iam [pace] constituta opera [cum] complanarent custodiaeque munitionum essent deductae, auxilia regis in id castellum Marcelli quod proximum erat regis castris, neque opinantibus omnibus — si tamen in omnibus fuit Cassius: nam de huius conscientia dubitabatur — , impetum fecerunt complurisque ibi milites oppresserunt. Quod nisi celeriter indignatione et auxilio Lepidi proelium esset diremptum, maior calamitas esset accepta.
Traducción
61. Marcelo tenía una infantería mucho más fiable, pues contaba con legiones veteranas, experimentadas en muchos combates. Casio confiaba más en la lealtad que en el valor de sus legiones. Así pues, una vez que estuvieron montados los dos campamentos frente a frente y habiendo tomado Marcelo un lugar adecuado para establecer un fortín que le permitiese impedir el aprovisionamiento de agua a los hombres de Casio Longino, este, temeroso de verse encerrado en una especie de asedio en una región enemiga y hostil, sale de noche y en silencio del campamento, y en una rápida marcha se dirige a Ulia, porque creía que esta plaza le era fiel. Allí sitúa el campamento tan pegado a las murallas que la naturaleza del terreno (pues Ulia esta situada en lo alto de un monte) y la propia fortificación de la ciudad lo ponían a salvo de un ataque por todos los lados. Marcelo lo persigue e instala su campamento frente al otro, lo más cerca posible de Ulia; y, una vez examinada la naturaleza del terreno, la necesidad le obligó a hacer aquello que más firmemente quería: no entablar combate (de haber existido la posibilidad, no hubiese podido hacer frente al ardor de sus soldados) ni permitir que Casio deambulara de aquí para allá por una amplia zona de terreno, de forma que no hubiera más ciudades que tuvieran que soportar lo que habían soportado los cordobeses. Establecidos, pues, fortines en los emplazamientos apropiados y trazada una línea continua de fortificación en todo el perímetro de la ciudad, encerró la ciudad de Ulia y a Casio dentro de esta línea de asedio. Pero, antes de que la obra estuviera acabada, Longino hizo salir a toda su caballería, pues creía que le prestaría un gran servicio si impedía a Marcelo forrajear y aprovisionarse de trigo, y que, en cambio, constituiría un gran estorbo si se quedaba asediada e inutilizada, pues consumiría el trigo que él necesitaba. (Trad. de J. Calonge y P. Quetglas, Gredos) 63. Mientras tanto, Lépido llega desde la provincia citerior a Ulia con treinta y cinco cohortes legionarias y un gran contingente de caballería y de tropas auxiliares con la intención de, sin tomar partido, hacer de mediador en las disputas entre Casio y Marcelo. A su llegada, Marcelo, sin dudarlo un instante, se le confía y se pone a su disposición; en cambio, Casio se mantiene dentro de sus posiciones, ya fuera porque consideraba que tenía mayor rango que Marcelo, ya fuera porque temía que Marcelo con su obsequiosidad se hubiese ganado por adelantado la voluntad de Lépido. Este instala su campamento junto a Ulia y pegado al de Marcelo; prohíbe que se entable batalla; invita a Casio a salir y le ofrece garantías en todos los aspectos. Casio, tras dudar largo tiempo sobre lo que tenía que hacer o hasta qué punto podía confiar en Lépido, y no encontrando salida alguna si se mantenía en su postura, pide la destrucción de las fortificaciones y que se le permita salir libremente. Y cuando no sólo se había pactado una tregua, sino que, además, se estaban demoliendo las obras de fortificación que estaban a punto de acabarse y se había retirado la vigilancia de las fortificaciones, las tropas auxiliares del rey, para sorpresa de todos (si es que Casio puede incluirse, pues se duda de su connivencia), lanzaron un ataque contra el fortín de Marcelo, que era el más próximo al campamento del rey, y abatieron allí a un gran número de soldados. Y si la indignada intervención de Lépido no hubiese puesto fin rápidamente al combate, se hubiese producido una catástrofe mayor. (Trad. de J. Calonge y P. Quetglas, Gredos)
Documentación Gráfica
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