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Análisis de la Escultura de HISPALIS IVLIA ROMVLA
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Ciudad
Síntesis Escultórica
La investigación arqueológica en la ciudad de Sevilla se ha visto enormemente dificultada por el medio físico −el río Guadalquivir, el viejo Baetis, y la geomorfología de su solar−, así como por tratarse de un núcleo de población habitado de forma ininterrumpida desde el siglo IX a.C. y por su importante desarrollo urbanístico desde la Edad Media hasta la actualidad. Debido a tales condicionantes, el estudio de la materialidad de la Hispalis romana ha constituido tradicionalmente una labor compleja, que sólo en los últimos tiempos está generando frutos . En lo que atañe a la escultura antigua, su carácter de elemento mueble ha propiciado además a lo largo del tiempo fenómenos tan dañinos para la misma, al margen de su destrucción, como el expolio o el coleccionismo. Todo ello ha conducido a una situación de gran desventaja con respecto a otras urbes de similar o inferior rango administrativo y menor peso económico en época romana. Es decir, pese a haber sido una de las ciudades más relevantes, vitales y prósperas de la Bética, gracias a su puerto fluvial y al desarrollo de actividades comerciales e industriales –particularmente durante el siglo II d.C.–, la decoración escultórica de Hispalis llegada hasta nosotros es bastante parca y manifiesta, en general, un grave inconveniente: el desconocimiento del lugar y las circunstancias de su hallazgo. Este hecho se hace patente en el caso de numerosas obras conservadas en el Museo Arqueológico de Sevilla y en otras colecciones públicas o privadas, para las que sólo podemos suponer, a lo sumo, una procedencia local o del entorno de la ciudad. En este grupo al parecer sin datos sobre su origen se incluyen una estatua femenina de piedra caliza del tipo Eumachia-Fundilia elaborada a principios de época imperial (León, 1990, 371, lám. 42e; Baena, 2009, 266, fig. 362); varios retratos marmóreos de personajes privados, tanto masculinos como, especialmente, femeninos, fechados a comienzos del principado de Augusto (León, 2001b, 66-67, nº 11), en la primera mitad del siglo I d.C. (León, 2001b, 154-155, 166-167, 178-181, 202-205, 238-239, nºs 40, 44, 48, 56 y 70) y en época trajano-adrianea (León, 2001b, 218-219, nº 62; Ojeda, 2013); figurillas de bronce que representan a divinidades del panteón romano como Mercurio, Venus, Júpiter y Marte (Oria y Escobar, 1994, 451, nº 1 y 453-455, nºs 6-7 y 9-11); o un sarcófago de mármol con imagen de la difunta como orante datado en época tetrárquica (Beltrán, 2009, 315-316, fig. 429; Beltrán, García y Rodríguez, 2007, 204-206, nº 67, láms. LXXVIII-LXXIX). De esta tendencia escapan, por suerte, algunas otras esculturas, como una estatua femenina acéfala vestida con chiton e himation, de mármol blanco y tamaño algo menor que el natural, descubierta en 1970 en la barriada de La Barzola, a cierta distancia de la muralla septentrional de la ciudad romana. La pieza, interpretada desde un primer momento como representación de Fortuna, se halló de forma fortuita en el interior de un pozo, junto a diversos fragmentos escultóricos todavía casi inéditos pertenecientes, al menos, a otras dos estatuas más, quizá de Diana y Dionysos (Fernández-Chicarro, 1973). Sobre su cronología existen discrepancias, situándose a finales del siglo I o comienzos del II d.C. (Rodríguez Oliva, 2009, 115), en el periodo adrianeo (Fernández-Chicarro, 1973: 684) o en época antoniniana (Balil, 1979: 232). Sea como fuere, la supuesta falta de relación de esta obra con elementos constructivos u otros materiales romanos (Fernández-Chicarro, 1973: 681) complica enormemente la interpretación de su contexto y funcionalidad, pero su iconografía, su formato y la zona donde se encontró apuntan a que su destino original fue un ámbito privado. Más afortunados pueden considerarse los restos escultóricos descubiertos en las excavaciones acometidas a principios de este siglo en la Plaza de la Encarnación. Si bien casi todos aparecieron abandonados o reutilizados en niveles tardoantiguos o medievales y presentan un estado bastante fragmentario, el hecho de haber sido hallados en una zona conocida de la ciudad y en el transcurso de trabajos arqueológicos fiables constituye una valiosa excepción a la regla. Por su tipología, iconografía y dimensiones tales piezas encajan bien en espacios domésticos como los documentados en el propio solar de La Encarnación, situados en el sector septentrional de la Hispalis altoimperial, intramuros pero muy cerca de su muralla norte (González Acuña, 2011, 231-407; Beltrán y Rodríguez, 2014, 167 ss.). El repertorio escultórico va desde un herma de personaje tocado con casco (¿Alejandro Magno?) labrado en giallo antico y fechado en la segunda mitad del siglo I d.C. (Oria, 2013, 412-414, fig. 2; Peña, 2018, 702, nº 12) hasta un retrato masculino de mármol blanco de Almadén que reproduce la fisonomía atribuida al filósofo Crispo y puede datarse en época severiana (Amores, Beltrán y González, 2008, 225-226, figs. 4-5); pasando por sendos torsos marmóreos, uno de una estatuilla de Venus púdica de hacia mediados del siglo II d.C. y el otro perteneciente a una figura sedente de Eros de los siglos I-II d.C. que tal vez funcionase como estatua-fuente (Oria, 2013, 414-419, figs, 3-4). En un ambiente igualmente privado, aunque en esta ocasión funerario, correspondiente tal vez a la cercana necrópolis septentrional, hay que situar un fragmento de sarcófago columnado y temática cristiana descubierto en un contexto medieval, cuya datación puede establecerse entre los años 330-340 d.C. (Beltrán, García y Rodríguez, 2007, 206, nº 68, lám. LXXX,1). Este repaso a la plástica de la Sevilla romana no puede concluir sin una breve alusión a las numerosas inscripciones honoríficas o votivas que atestiguan la presencia de estatuas en la ciudad (González, 2013), la cuales, lógicamente, habrían ornamentado los principales espacios y edificios políticos, religiosos y económicos de la misma (como el foro de la colonia), todavía mal conocidos y sobre los que existe larga controversia (González Acuña, 2011, 153 ss.). Buena parte de dichos epígrafes se ha perdido, pero otros se conservan gracias a su reutilización en la Giralda o el Alcázar. Además de representaciones imperiales, escalonadas en el tiempo desde Antonino Pío –homenajeado en tres ocasiones con otras tantas efigies (CILA II,1, 6-8)– hasta Constancio Cloro (CILA II,1, 13) , se constatan estatuas de divinidades oficiales como Minerva Augusta o Venus Genetrix Augusta –cuyos pedestales gemelos fueron dedicados hacia el año 146 d.C. por sendas hermanas (Canto, 2004)–; así como de magistrados locales (L. Horacio Víctor, CILA II,1, 27, o Q. Pomponio Clemente Sabiniano, CILA II,1, 28); individuos de elevado rango social como M. Helvio Agrippa (CILA II, 1, 33) o M. Calpurnio Séneca (CILA II; 1, 22); funcionarios de la administración imperial de la talla de S. Julio Posesor (CILA II, 23); y personajes vinculados a los poderosos y activos collegia profesionales instalados en Hispalis, como el de los olearii, que dedicaron una imagen a M. Julio Hermesiano (HEp 2000, 576). Casi todas esas inscripciones se fechan en el siglo II d.C. Constituyen, pues, testimonios parlantes del notable auge económico y urbanístico experimentado entonces por la colonia Romula.
Repertorio de Consulta
- Amores, F.; Beltrán, J. y González, D. (2008), “Marmora de Hispalis. Estudio de los materiales pétreos recuperados en las excavaciones arqueológicas de ‘La Encarnación’ (Sevilla)”. Marmora Hispana: explotación y uso de los materiales pétreos en la Hispania romana (Nogales, T. y Beltrán, J. Eds.), Roma, 213-229. - Baena del Alcázar, L. (2009), “Estatuas togadas y femeninas vestidas”, Arte romano de la Bética. Escultura (León, Alonso, P. Coord.), Sevilla, 235-275. - Balil, A. (1989), “De la escultura romano-ibérica a la escultura romano-republicana”, Estudios sobre Urso Colonia Iulia Genetiva (González Fernández, J. Ed.), Sevilla, 223-231. - Beltrán Fortes, J. (2009), "El relieve", Arte Romano de la Bética. Escultura, (León, Alonso, P. Coord.), Sevilla, 277-319. -Beltrán, J.; García, M. A. y Rodríguez, P. (2007), Los sarcófagos romanos de Andalucía. Corpus Signorum Imperii Romani. España, I.3, Murcia. -´Beltrán, J. y Rodríguez, O. (2014), “Hispalis republicana y altoimperial a través de los datos arqueológicos”, Sevilla Arqueológica. La ciudad en época protohistórica, antigua y andalusí (Beltrán, J. y Rodríguez, O. Eds.), Sevilla, 140-181. - Canto y de Gregorio, A. (2004), “Venus Genetrix Augusta y los dioses de Hispalis en la donación familiar de un diffusor olearius hacia 146 d.C.”, CuPAUAM, 30, 141-152. - Fernández-Chicarro, C. (1973), “Recientes hallazgos arqueológicos en Sevilla”, en Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología (Jaén, 1971), Zaragoza, 681-684. - González Acuña, D. (2011a), Forma Urbis Hispalensis. El Urbanismo de la ciudad romana de Hispalis a través de los testimonios arqueologicos, Sevilla. - González Fernández, J. (2013), “Arqueología y paisaje urbano: las inscripciones de la Colonia Romula”, Paisajes epigráficos de la Hispania romana. Monumentos, contextos, topografías (Iglesias, J.M. y Ruiz, A. Eds.), Roma, 57-68. - León Alonso, P. (1990), “Ornamentación escultórica y monumentalización en las ciudades de la Bética”, Stadtbild und Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischer Städte zwischen Republik und Kaiserzeit (Madrid, 1987) (Trillmich, W. y Zanker, P. Eds.), München, 367 380. (2001), Retratos romanos de la Bética, Sevilla. - Oria Segura, M. (2013), “Hallazgos recientes de estatuaria doméstica hispalense: hermes, Venus y Eros sedente de La Encarnación, Sevilla”, Escultura romana en Hispania VII. Homenaje al Prof. Dr. Alberto Balil (Acuña, F.; Casal, R. y González, S. Eds.), Santiago de Compostela, 411-424. - Oria, M. y Escobar, B. (1994), “Dioses romanos en bronce de la Bética occidental”, Arqueología del entorno del Bajo Guadiana (Campos, J.M.; Pérez, J.A. y Gómez, F. Eds.), Huelva, 441-467. - Peña Jurado, A. (2018), “Representaciones militares en los hermas de pequeño formato de la Bética”, VIII Reunión de Escultura romana en Hispania. Homenaje a Luis Baena del Alcázar (Márquez, C. y Ojeda, D. Eds.), Córdoba, 705-720. - Rodríguez Oliva, P. (2009), “La escultura ideal”, Arte romano de la Bética. Escultura (León Alonso, P. Coord.), Sevilla, 41-151.
Esculturas Destacables (18)
Documentación Gráfica
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