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Necropolis de ANTICARIA
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Conventus
Ciudad
Síntesis Funeraria
En los últimos años, la ciudad de Anticaria, ha ofrecido un panorama bastante rico en lo que a sus necrópolis se refiere, especialmente, las situadas en el suburbium septentrional, donde ha sido posible percibir cierta organización espacial. Así se desprende del eje sureste-noroeste que mantienen la mayoría de enterramientos, así como de varios acotados funerarios, la Villa de la Estación y las termas cercanas. Esta alineación vendría impuesta por el trazado de un camino en el que convergerían las vías procedentes de Malaca, Acinipo e Hispalis, a través de Singilia Barba, Iliberri y Colonia Patricia (Fernández y Romero, 2007, 423). Un espacio extramuros que, al igual que otros núcleos urbanos de la bética, habría estado salpicado de actividades domésticas (villas) e industriales, tal como se desprende de los restos de alfares y almazaras próximos a las necrópolis de La Quinta y de Villalta (Fernández y Romero, 2007, 427). Algunos datos podrían indicar que en la cima y ladera Norte del cerro en el que se emplazó posteriormente la alcazaba de Antequera pudo situarse una antigua necrópolis con estructuras de carácter monumental, caso del edificio con fábrica de sillería y planta rectangular y los restos arruinados de un posible columbario que fueron documentados durante las labores de la limpieza y recuperación de la muralla medieval (Romero, 2003, 177-22). La ciudad contó, además, con distintas necrópolis situadas en su cinturón periurbano, de las cuales las únicas netamente urbanas serían la necrópolis de Los Dólmenes y de La Quinta. Esta última se sitúa en la ladera norte del Cerro de la Veracruz y destaca por su gran extensión (500 m de largo por 50 m de ancho), donde pudieron documentarse los restos de cuatro acotados funerarios, algunos de grandes dimensiones, y 140 enterramientos adscritos a distintas cronologías (Fernández y Romero, 2007, 419 ss.). Sólo los Recintos 1 y 2 pudieron ser excavados al completo (Fernández y Romero, 2007, 420 ss.), el primero con unas dimensiones de 15 x 11,04 m, y una altura conservada de 1,8 m, con dos accesos laterales, que albergaba en su interior 12 enterramientos de tipología, rito y cronología variada, incluido un posible ustrinum. Por su parte, el Recinto 2, de 4,75 x 3,8 m, contaba en su interior con la cimentación de una única tumba monumental, cuyo ajuar revelaba el estatus económico del difunto (camafeos y pulsera de plata), y que actuó como foco de atracción para los 16 enterramientos localizados en el exterior, algunos adosados a sus muros. En total se excavaron 31 cremaciones, de las cuales 26 eran busta (Fernández y Romero, 2007, 417), de planta cuadrangular o rectangular en fosa simple sin cubierta determinada o cubierta de tegulae, en horizontal o a doble vertiente. Algunas contaban con un bastidor de ladrillos revistiendo la fosa, con cubiertas de bóvedas de cañón o de ladrillos, a modo de cupae structiles. En cuanto a las cremaciones secundarias (5 en total), destacan las llevadas a cabo en grandes bloques de piedra arenisca trabajada a modo de urnas cinerarias con tapadera, con una altura de 50 cm. Por su parte, las 109 inhumaciones presentaban tipologías más variadas, que van desde la fosa simple sin cubierta o con cubierta de tegulae horizontales o a dos aguas, hasta las que presentan bastidor de ladrillos y cubiertas de laja de piedras, a las que se suman las cuatro inhumaciones infantiles en urna bajo túmulo. El 70% de las cremaciones presentaba ajuar, fechado en el siglo I-II d.C., mientras que en las inhumaciones sólo lo hacía el 9,4%, con unas cronologías adscritas a los siglos II-IV d.C. Abundan los casos en los que se deposita una ollita de cuerpo en “S”, de cerámica común muy habitual en la zona antequerana, una lucerna y uno o varios ungüentarios. Junto a este ajuar normativo, contamos con elementos aislados, caso de una fíbula, una campanilla de bronce, una placa de tocador para maquillar, un pequeño estuche de bronce y una espátula (Fernández y Romero, 2007, 418). En el caso de las monedas, todos los ejemplares se corresponden con ases, documentándose en cuatro enterramientos, uno de ellos de cremación. Tan sólo en la tumba 27 se sabe con certeza que la moneda apareció en la boca (Fernández y Romero, 2007, 418). La celebración de banquetes funerarios se ha documentado claramente en el caso de las tumbas 23 y 38. En otros casos se tienen dudas sobre si el material se corresponde con material propio para el consumo o la combustión, caso de huesos de acebuche o restos de cáscaras de nueces (Fernández y Romero, 2007, 419). Las otras necrópolis suburbanas localizadas en Antequera podrían estar relacionadas con villae, tales como Huerta del Ciprés, Carnicería de los Moros y la Estación; esta última conocida sólo gracias a una prospección geofísica (Fernández y Romero, 2007, 414 ss.). En el caso de la Huerta del Ciprés, la ausencia de datos estratigráficos, la práctica exclusiva del ritual de inhumación, la simplicidad de las estructuras funerarias, la orientación de los esqueletos y la ausencia de ajuares, podrían ser indicativos de una datación ya de la época bajoimperial (Romero, 2013-2014, 272).
Monumentos
Acotados funerarios Columbario Mausoleo
Tipologías Sepulcrales no Monumentales
Bustum de planta rectanguar o cuadrangular en fosa simple con cubierta indeterminada (10 enterramientos) Bustum de planta rectangular o cuadrangualr excavados en la roca con cubierta de tégulas dispuestas a doble vertiente (6 enterramientos) Bustum de planta rectangular excavada en la roca con cubierta de tégulas en horizontal (5 enterramientos) Bustum en fosa con bastidor de ladrillos con bóveda de medio cañón (4 enterramientos) Bustum en fosa con bastidor de ladrillos con cubierta de tégulas, revestida a su vez con bóveda de ladrillos (1 enterramiento) Cremación en estructura de sillería rectangular (1 enterramiento) Cremación en urna de piedra de arenisca con tapadera (2 enterramientos). Bueno, más que urnas se trata de grandes bloques monolíticos de piedra en los que se ha horadado el interior. Unos 50 cm de anchura. Uno de planta cuadrada y otro circular, ambos colocados uno junto al otro (enterramientos 47 y 48). Cremación en fosa simple con cubierta de tégulas horizontales (2 enterramientos) Cremación en fosa simple con cubierta indeterminada (1 enterramiento) Inhumación en fosa simple sin cubierta o perdida (36 enterramientos) Inhumación en fosas simple con cubierta de tégulas horizontales (24 enterramientos) Inhumación en fosa simple con cubierta de tégulas a doble vertiente (17 enterramientos) Inhumación en fosa simple con cubierta de tégulas a doble vertiente bajo túmulo (9 enterramientos) Inhumación en fosa con bastidor de ladrillos y cubierta plana (6 enterramientos) Inhumación en fosa simple con suelo de tégulas invertidas y cubierta de tégulas a doble vertiente (6 enterramientos) Inhumación en fosa simple con cubierta de lajas de piedra (2 enterramientos) Inhumación en fosa simple con paredes de ladrillo y cubierta de tégulas a doble vertiente (2 enterramientos) Inhumación en fosa simple con paredes de tégula y cubierta indeterminada (1 enterramiento) Inhumación en fosa simple con cubierta de tégulas horizontales e ímbrices (1 enterramiento) Osario colectivo en caja rectangular realizada y cerrada con tégulas (1 enterramiento) Inhumación infantil en urna bajo túmulo (4 enterramientos)
Ajuares
En el caso de los ajuares, el 70% de las cremaciones presentaba ajuar, mientras que en las inhumaciones sólo lo hacía el 9,4%. Son reiterativos los casos en los que se deposita una ollita de cuerpo en “S”, de cerámica común muy habitual en la zona antequerana, una lucerna y uno o varios ungüentarios. Destacan los tres camafeos con la representación de Eros y Psique de la tumba 23, junto a una pulsera de plata, datados en época de Augusto, cuentas de collar en la tumba 41, 97 y 43, anillos de broce en la 74 y 44, y pulseras de bronce en la 73, 97 y 83. Tan sólo se ha podido registrar una fíbula en los diversos enterramientos (tumba 16). También una campanilla de bronce (tumba 43), una placa de tocador para maquillar, un pequeño estuche de bronce (tumba 89) y una espátula. En el caso de las monedas en todos los casos se trata de ases, documentándose en cuatro enterramientos, uno de ellos de cremación, sin que por diversas circunstancias se conozca su ubicación original. Tan sólo en la tumba 27 se sabe con certeza que la moneda apareció en la boca (Fernández y Romero 2007, 418).
Enterramientos Singulares
Recintos funerarios
Enterramientos Singulares Nivel II (4)
Escultura Funeraria
No posee
Epigrafía Funeraria
Posee
Estudios Antropológicos
No posee
Cronología de la Necrópolis
Siglos I-IV d. C.
Repertorio de Consulta
-Fernández, L. E. y Romero, M. (2007), “Las necrópolis en el entorno de Antikaria y Singilia Barba. Bases para su estudio sistemático”, Mainake, XXIX, Málaga, 410-432.. - Romero, M. (2003), “Madinat Antaqira: una aproximación arqueológica a su recinto murado”, Mainake, XXV, 177-202. - Romero, M. et alii (2013-2014), “Villas romanas en la depresión de Antequera: novedades desde la arqueología preventiva”, Romula, 12-13, 221-282
Documentación Gráfica
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