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Análisis de la Musivaria de ITALICA AELIA AVGVSTA: Pavimento Musivo Destacable
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Número de Registro
Ambiente
Contexto Arqueológico (estratigrafía)
Es de destacar el hallazgo en el interior del extremo suroeste del lecho de una moneda de bronce, entre otros, cuya emisión se sitúa entre el 134-138, en el final del reinado de Adriano (Blanco y Luzón 1974, 7-12).. Espacio contiguo a una piscina con restos de una escalera y próximo a dos sala con hipocaustum de la insula comprendida entre la Casa de la Exedra y la Casa de los Pájaros.
Localización
Características Petrográficas (calizas,vidriados, dolomía...)
Vidrio verde-amarillento
Dimensiones del Pavimento (máximas conservadas)
Tamaño Teselas (módulo de piezas empleadas)
Colores
Descripción Temática y Técnica
Enmarcado por una orla de ojivas y otra más ancha decorada con escenas de la vida de los pigmeos del Alto Nilo, el campo muestra la representación de un thiasos marino en torno al denominado tradicionalmente Triunfo de Neptuno. Sobre un fondo neutro de teselas blancas, destacan algunos de los miembros habituales del cortejo del dios que se disponen de cara al exterior, un joven e imberbe ichthyo centauro, portando una antorcha y soplando una caracola y otro centauro marino, afectado por una laguna, que porta un timón de espadilla, además de varias figuras de monstruos marinos entre los restantes peces, un asno marino entre dos delfines, un ketos con extremidades anteriores, no obstante, de felino, un tigre o una pantera marina, un carnero marino entre dos delfines, otro carnero marino y un toro marino. En el centro destaca la representación de Neptuno en un escenario marino, indicado por el uso de líneas rectas, a veces dentadas en la parte inferior o en la superior, y onduladas en sentido horizontal y de otras más cortas en vertical, dispuestas paralelamente en grupos de tres a modo de paréntesis, realizadas teselas de color gris, azul y verde. El dios aparece de pie en un carro tirado por dos hipocampos galopando hacia la derecha, de los cuales, por causa del deterioro sufrido ya en la Antigüedad, apenas restan sus siluetas y las aleta ventrales, así como las patas anteriores y aleta caudal trifoliata de la ondulada y sinuosa cola pisciforme del caballo marino situado en primer plano. El dios, visto de tres cuartos, muestra su musculoso cuerpo al desnudo, ya que el manto, enrollado a sus brazos, ondea al viento y se arquea sobre su cabeza. Con su pierna izquierda oculta tras la caja del carro, del que sólo se aprecia la parte superior y un gran fragmento de la rueda derecha con circunferencia y radios, y la izquierda estirada hacia atrás e inmersa en el agua, Neptuno se abalanza ligeramente hacia delante para guiar las bridas que lleva en su mano izquierda, mientras porta en la derecha el gran tridente que atraviesa su figura, en sentido diagonal ascendente hacia la derecha.
Estudio (disertación orígenes de los motivos con paralelos)
El mosaico de Neptuno destaca por la conjugación de dos temas, no obstante sin aparente relación, bien documentados por separado en la musivaria romana, las escenas dedicadas a la vida de los pigmeos, que gozaron de gran auge a finales de época helenística y alto- imperial, y la representación de la travesía triunfal de Neptuno, rodeado de un thiasos, dispuesto de cara al exterior sobre los lados del campo, como es habitual en los mosaicos itálicos, en particular, campanos y ostienses, y de otras zonas del Imperio (Neira Jiménez, 2002), donde también se puede apreciar que dicho thiasos marino, caracterizado por su gran diversidad no obstante, no es exclusivo del dios al figurar asimismo como cortejo de otras divinidades y personajes mitológicos de carácter marino e incluso de otro ámbito. Además es de resaltar la combinación de bicromía en blanco y negro, que nos traslada de nuevo a la musivaria itálica, particularmente ostiense, y policromía, como característica provincial hispana, así como la adecuación a la estancia a pavimentar, -habiéndose tenido que adaptar el modelo elegido a la casuística estructural de la sala, quebrando el carácter rectilíneo y rectangular probablemente del modelo original, según ya señalaron sus descubridores (Blanco y Luzón, 1974, 38), lo que habría obligado a los mosaístas a la “recolocación” de algunos de los híbridos marinos, muy próximos unos de otros en el irregular campo musivo. En realidad, este mosaico refleja de modo patente el proceso de elaboración de los mosaicos, cuya adaptación del modelo originario al espacio a pavimentar, dio como resultado obras únicas y exclusivas, por encargo. En el mismo sentido, respecto a la representación triunfal de Neptuno que destaca como escena principal, la postura del dios da la sensación de representar una veloz carrera y solo desentona de esta impresión su pierna derecha, todavía inmersa en el agua, que parece pretender plasmar el instante de subirse al carro, quizás al haberse basado en un modelo original donde, sin la inclusión de un carro, Neptuno plantaría sus pies en los extremos de las colas pisciformes de los hipocampos (Blanco y Luzón, 1974, 39-40). A este respecto, recuérdese que entre las escenas documentadas en los mosaicos de la primera mitad del siglo II d.C., el triunfo del dios se había venido plasmando inicialmente figurándolo de pie sobre las enroscadas colas pisciformes de dos hipocampos – en el ostiense de las Termas de los Cisiari y en Falerone y también en el de ámbito cretense en Cnossos - o cuatro - en el célebre de las Termas de Neptuno de Ostia, Monticello y Risaro (Neira Jiménez, 2002, 366), siendo posterior la introducción del carro, que tanto de caja curva o recta como desde diferentes perspectivas, avanzando hacia la izquierda o hacia la derecha, pero también visto de frente, predominará en las representaciones del llamado triunfo en los mosaicos y en otros soportes (Neira Jiménez, 1996, 555-567) . No obstante, el ejemplar de Itálica es sumamente interesante, ya que refleja una secuencia intermedia en la evolución del motivo figurado, por un lado, el seguimiento de los citados mosaicos campanos y ostienses en la posición del dios sin carro, y por otro, la introducción del carro. Es la misma tendencia que se aprecia en un fragmento de mosaico blanquinegro de Otricoli conservado en los Museos Vaticanos, donde Neptuno figura con la posición característica de los sin carro, con el torso casi de frente, y las piernas de perfil, volviendo la cabeza en dirección contraria a la marcha de los cuatro hipocampos, que avanzan hacia la izquierda vistos de tres cuartos, cuyas riendas guía con su mano derecha adelantada, siendo lo más significativo la imagen del “carro”, de perfil, que se compone únicamente de una plataforma - sobre la que figura el pie derecho del dios - y de un frente sin laterales, sin, ni siquiera, la inclusión de una rueda en torno a una fecha posterior a mediados del siglo II d.C. (Neira Jiménez, 1996, lám. IV, 2). Otra representación de esta secuencia intermedia en la iconografía de la travesía triunfal del dios se conserva en un fragmento de mosaico que pavimentaba el oecus de la Casa de Neptuno en (tav. IV, 1), fechado en una época anterior a finales del siglo II d.C. (Gauckler, 1909, 444), donde el dios figura, visto de tres cuartos, con la pierna derecha estirada en el aire, o en el agua, y apoyándose con la izquierda, flexionada, sobre un carro, tirado por dos caballos marinos que avanzan hacia la derecha. A este respecto, hace años nos manifestamos sobre la idea de que estas tres representaciones parecen reflejar la evolución de la iconografía de esta escena, sin duda, desde mediados del siglo II y durante la segunda mitad, figurando ya el dios con los dos pies en el carro a partir de los años finales del siglo II, tal y como se documenta entre otros en la imagen triunfal de Neptuno en el grandioso pavimento del oecus de Sorothus( Neira Jiménez, 1996,, 566-568, tav. VII, 1). En este sentido, el hallazgo en el lecho del pavimento italicense de Neptuno de una moneda de bronce, cuya emisión se sitúa entre el 134-138 d. C. (Blanco y Luzón 1974, 7-12), no solo supuso el inicio de una época para la datación de los mosaicos de Italica, sino también corrobora la cronología del mosaico, en torno a mediados del siglo II.
Cronología
Lugar de Depósito (in situ, museo,...)
Observaciones
Repertorio de Consulta
- Blanco, A., y Luzón, J.M. (1974), El mosaico de Neptuno de Itálica, Sevilla. -García Entero, V. (2005), Los balnea domésticos - ámbito rural y urbano - en la Hispania Romana.Anejos de Archivo Español de Arqueología, 37. - Gauckler, P. (1909), Inventaire des Mosaïques de la Gaule et de l’Afrique II, París. - Neira Jiménez, L. (1996), “La tipología del carro en los mosaicos romanos del triunfo de Neptuno”, En L’Africa romana XI (Khanoussi, M., Ruggeri, P.,Vismara, C., a cura di), Ozieri, 555-576 + I-XV tav. - Neira Jiménez, L. (2002), La representación del thiasos marino. Nereidas y tritones. Madrid.
Documentación Gráfica
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