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Análisis de la Musivaria de ITALICA AELIA AVGVSTA: Pavimento Musivo Destacable
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Número de Registro
Ambiente
Contexto Arqueológico (estratigrafía)
Según refiere Mañas, quien ha publicado este gran fragmento que permanecía inédito (Mañas, 2011a, núm.78), el mosaico fue hallado en 1896 en los terrenos del tejero de Santiponce, D. José Sánchez Rodríguez, en una zona conocida como El Haza de la Alcantarilla (Campos Munilla, 1897, 18), muy cerca del lugar de hallazgo del mosaico de Perissoterus (Blanco Frejeiro, 1978, núm. 7). La Comisión de Monumentos decidió su traslado al Museo Arqueológico de Sevilla, siendo expuesto algunos años después en su sede del Convento de la Merced. No obstante, con el traslado del Museo al Pabellón de la Exposición de 1929 el montaje del mosaico no llegó a realizarse, conservándose en los Almacenes.
Localización
Características Petrográficas (calizas,vidriados, dolomía...)
Teselas marmóreas, cerámicas y vítreas.
Dimensiones del Pavimento (máximas conservadas)
Tamaño Teselas (módulo de piezas empleadas)
Colores
Descripción Temática y Técnica
A tenor del dibujo antes mencionado, el mosaico objeto de excavación que fue dividido en 27 fragmentos para su traslado al Convento de la Merced era de forma cuadrada y presentaba una composición centrada en un cuadrado y alrededor de un círculo, de cuatro cuartos de circunferencia en los ángulos y cuatro triángulos equiláteros en los lados, tangentes los triángulos al círculo central y enmarcado éste último por un cuadro, delineada mediante trenzas polícromas y bandas de líneas quebradas formando triángulos que contribuyen a su datación entre finales del siglo II y principios del III (Mañas Romero, 2011a, fig. 166). En el círculo central destacaba una representación del Rapto de Europa, de la que solo se conserva en la actualidad un gran fragmento (Mañas Romero, 2011a, lám. XXVII, fig. 164), a tenor del cual se puede apreciar la imagen sintética de la princesa y el toro, al que se aferra con el brazo y la mano izquierda, ella prácticamente vista de frente, con el cuerpo al desnudo ya que el manto tan solo le cae por la espalda, con las piernas ovidiono obstante perdidas, mientras el animal figura avanzando de perfil hacia la derecha, con la cabeza ligeramente de tres cuartos en el sentido de la marcha, sin que se hayan conservado sus cuartos traseros, aunque sí parte de la cola de bóvido, que confirma su identificación como un auténtico toro, sin dar lugar a especulaciones sobre la posibilidad de que en origen estuviera dotado de una cola pisciforme propia de un toro marino, híbrido documentado en el amplio repertorio de representaciones de un thiasos marino, lo que habría supuesto en consecuencia la identificación de la figura femenina no como Europa sino como una nereida . A juzgar por las patas del animal, que figuran al galope sobre un fondo de bandas horizontales azules y blancas en alusión al mar, la escena refleja la travesía marina, aunque Mañas plantea que el teselado marrón en disposición diagonal a la derecha del fragmento indicaría la tierra a la que están a punto de arribar, precedidos de un eros, perdido, del que la autora atisba el extremo triangular de un ala (Mañas Romero, 2011a, 82). Además del fragmento con la imagen principal del Rapto de Europa, se conservan otros fragmentos con dos de las cuatro enjutas en torno al cuadrado que contenía el círculo central, decoradas con una máscara de Océano flanqueada por dos delfines, respectivamente (Mañas, 2011a, lám. XXVII, fig. 165).
Estudio (disertación orígenes de los motivos con paralelos)
Entre las numerosas representaciones del Rapto de Europa en la musivaria romana, su imagen sintética como escena principal en el círculo central de un mosaico está documentada en el pavimento polícromo de la villa de Tor di Tre Teste, en la via Praenestina, que se conserva en la Gliptoteca Ny Carlsberg de Copenhague (Wattel de Croizant, 1995, 120-127), y en otro mosaico de una domus de Astigi, excavado en la calle Espíritu Santo y Barrera de Oñate de Écija (López y San Nicolás, 1995, 424-430, figs. 37-38), fechado en el siglo II, donde, también en plena travesía en alusión al episodio más representado de la leyenda, Europa aparece con la iconografía propia de las nereidas, debido a la contaminación evidente entre los miembros femeninos del thiasos y la princesa fenicia (Neira Jiménez, 2013, 37-41, figs. 30-52), si bien no obstante, según un tipo diferente en Tor di Tre Teste, el más documentado entre las nereidas (Neira Jiménez, 1997b, 390-392, figs. 56-62), ya que en el mosaico itálico la joven se muestra asentada sobre la grupa del toro, intercambiando ambos la mirada a punto de darse un beso. A este respecto, a juzgar por el fragmento conservado, Europa en el ejemplar italicense se muestra con el cuerpo en diagonal junto al costado del toro, aferrándose al animal con su mano izquierda, probablemente al cuerno izquierdo del bóvido -como la Europa del citado ejemplar astigitano, cuyo manto se infla a su espalda por efecto del viento -según describía Ovidio (Met. II, 875)y muy posteriormente Nonnos (Dion. I, 66-69),mientras la princesa extiende la derecha en sentido inverso a la marcha, como aquellas nereidas del tipo 1, caracterizadas por aparecer representadas casi en el aire o flotando junto a la cola pisciforme, y no sobre ella, de un monstruo marino o variedad de tritón, al que, según una variante del tipo, se aferran, bien asiéndose a un cuerno con una mano o rodeando el cuello con el brazo, en una posición que propicia su total desnudez (Neira Jiménez, 1997b, 366-371, figs. 1-13; 2002, 48-53). Respecto al toro, ya no es el animal que en la costa se fingía manso para no ahuyentar a Europa, ahora avanza a galope sobre el escenario marino como en la mayoría de las representaciones musivas, pero, en virtud del rostro de la joven, que parece estar todavía aturdida, casi paralizada, por el rapto, no hay indicio aún del cambio de sentimientos experimentado por la princesa ni del contacto amoroso que en plena travesía testimonian algunos autores y reflejan las escenas documentadas en otros mosaicos (Wattel de Croizant, 1995, 120-127, 191-194, 223-227), según una tendencia advertida, no obstante, ya en la pintura de vasos con figuras rojas y en obras de época helenística (López y San Nicolás, 1995, 418), pues el toro figura con la cabeza de perfil en el sentido de la marcha, mientras Europa dirige su rostro y su mano derecha en sentido inverso, acaso hacia la playa, según los versos de Ovidio (Met. 870-877). En lo relativo a las máscaras de Océano flanqueadas por delfines, que en este mosaico figuran en una de sus ubicaciones documentadas como motivo secundario (Neira Jiménez, 2010, 94-95), es de resaltar que como divinidad protectora de la navegación parece velar por la travesía marina de la leyenda del Rapto de Europa, ampliando su protección a la estancia de la domus y a sus habitantes en virtud de su simbolismo apotropaico y mágico.
Cronología
Lugar de Depósito (in situ, museo,...)
Observaciones
Repertorio de Consulta
-Blanco Frejeiro, A. (1978), Mosaicos romanos de Italica (I). Mosaicos conservados en colecciones públicas y particulares de la ciudad de Sevilla. Corpus de Mosaicos Romanos de España II, Madrid. - Blanco, A., y Luzón, J.M. (1974), El mosaico de Neptuno de Itálica, Sevilla. -Campos Munilla, M. (1897), Mosaicos del Museo Arqueológico de Sevilla. Sevilla. - López, G. y San Nicolás, M.P. (1995), “El mito de Europa en los mosaicos hispano-romanos. Análisis iconográfico e interpretativo”, Espacio, Tiempo y Forma, II/8, 424-438. -Mañas Romero, I. (2011a), Mosaicos romanos de Itálica (II). Corpus de Mosaicos Romanos de España XIII, Madrid. -Neira Jiménez, L. (1997b), “Representaciones de nereidas. La pervivencia de algunas series tipológicas en los mosaicos romanos de la Antigüedad Tardía”, Antigüedad y Cristianismo, XIV, 363-402. (2002), La representación del thiasos marino. Nereidas y tritones. Madrid. (2010), “Mitologías acuáticas”. En Arte Romano de la Bética III. Mosaico. Pintura. Manufacturas (Jiménez et alii y León, P. coord.), Sevilla, 94-120. (2013), “Desnudo y atracción en los mosaicos. Venus, Europa y las nereidas”, EnDesnudo y Cultura. La construcción del cuerpo en los mosaicos romanos, (Neira, L. coord. y ed.), Madrid, 33-47, figs. 27-52. -Wattel- de Croizant, O. (1995), Les mosaïques représentant le mythe d'Europe (Ier- IVe s.), Paris, 217-220 pl. 29a.
Documentación Gráfica
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