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Análisis de la Escultura de CARMO
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Ciudad
Síntesis Escultórica
A tenor de los testimonios conocidos, la decoración escultórica de la Carmona romana arranca hacia las mismas fechas en las que ésta se convirtió en municipio tras el fin de las Guerras Civiles, con una mayor profusión entre época tardoaugustea y el principado de Claudio, sin llegar a sobrepasar la época antonina. Presenta, además, dos particularidades con respecto a la de las restantes poblaciones aquí tratadas, que tal vez sólo en parte deban achacarse al registro arqueológico. La primera atañe al género escultórico representado de manera predominante, que en Carmo, hoy por hoy, es sin duda el retrato. La segunda tiene que ver con el contexto o función de la mayoría de las piezas. En este sentido, las esculturas carmonenses se salen de lo común, pues se adscriben fundamentalmente al ámbito privado, funerario para ser más precisos, y no al público. No resulta extraño, por tanto, que la atención de los especialistas se haya dirigido de manera preferencial hacia el grupo de retratos procedentes probablemente o con seguridad de la famosa necrópolis occidental de la ciudad (García y Bellido, 1958; León Alonso, 2001a). Ese nutrido conjunto, que conforma el denominado taller de Carmo, está compuesto por cinco cabezas masculinas, siete femeninas y una estatua infantil desnuda que representa a un niño de corta edad. Salvo dos de ellas, las demás se esculpieron en mármol blanco, destacando entre todas, por su excelente labra, el retrato masculino de finales de época augustea descubierto en la “tumba de Servilia”, o el de los Servilios, motivo por el cual se ha propuesto su identificación con uno de los miembros más conspicuos de esa importante familia carmonense en aquellos momentos (León Alonso, 2001a, 267-269, nº 3, lám. 3 A-D y 273-275, nº 7, lám. 7 A-D; 2001b, 70-73, nº 13 y 160-163, nº 42; 1990, 372, Lám. 43b; García y Bellido, 1949, 199-200, nº 238, lám. 167; Baena del Alcazar,, 2009, 271, figs. 372-373; Loza Azagua, 2002, 178-179). Además de imágenes de personas reales, componentes de la elite urbana que a inicios de la etapa imperial utilizaron el retrato funerario como medio de autorrepresentación ante sus conciudadanos, en Carmona existe también un interesante repertorio de esculturas de divinidades con características, funciones y cronologías diversas. Así, dentro de la plástica ideal de contenido político-religioso oficial se insertan las cabezas de mármol blanco de Venus o Juno (con diadema y peinado clasicista) y Marte (con pelo rizado, barba y casco corintio). Dichas piezas, preparadas para su inserción en sus correspondientes estatuas, podrían llevarse a comienzos de época julio-claudia (Rodríguez Oliva, 2009, 111, figs. 113-114; Oria Segura, 2017, 108-109). En el siglo I d.C., antes de época flavia, cabría situar una figurilla masculina de terracota, modelada a mano, descubierta entre los restos de un edificio subterráneo de carácter sacro que se excavó en 1999-2000 en la calle San Felipe, cerca de la Puerta de Morón. El personaje, que evidencia en su ejecución e iconografía mezcla de influencias orientales, norteafricanas y romanas (ejemplo del hibridismo que caracterizó a la población de Carmo), aparece desnudo y sentado sobre una roca, sujetando sobre su muslo izquierdo un objeto, una especie de bolsa. Se trataría de una posible representación del dios Mercurio sincretizado que fue depositada como exvoto en el edificio mencionado, un santuario para dioses ctónicos amortizado hacia los años 70 del siglo I d.C. (Belén, Román y Vázquez, 2014, 125 ss., fig. 8, 1-2). Con un sentido diferente, ornamental y no cultual, se elaboraron en distintos momentos del siglo II d.C. otras esculturas marmóreas de divinidades relacionadas con el agua tanto desde el punto de vista iconográfico como funcional, pues habrían sido surtidores de fuentes instalados, probablemente, en ámbitos domésticos (Oria Segura, 2017, 110; Peña Nieto, 2009, 345, figs. 468 y 492; Loza Azagua, 2010: 233-237, figs. 3-5) y un herma con la imagen arcaizante de éste (Loza Azagua, 2002, 179-183, fig. 2).
Repertorio de Consulta
- Baena Del Alcazar, L. (2000), “Tipología y funcionalidad de las esculturas femeninas vestidas de Hispania”, Actas de la III Reunión de Escultura romana en Hispania (Córdoba, 1997) (P. León, T. Nogales, Coord.), Madrid, 1-23. (2009), “Estatuas togadas y femeninas vestidas”, en P. León (Coord.), Arte romano de la Bética. Escultura, Sevilla, 235-275. - Balil, A. (1979), “Esculturas romanas de la Península Ibérica III”, BVallad XLV, 227-257. (1989), “De la escultura romano-ibérica a la escultura romano-republicana”, Estudios sobre Urso Colonia Iulia Genetiva (J. González, ed.), Sevilla, 223-231. - Belén, Mª; Román, J. M.; Vázquez, J. (2014), “Arquitectura religiosa en la Carmona antigua: el santuario de la calle San Felipe, 1 A”, Urbanismo, Arquitectura y Patrimonio en Carmona. Actas del IX Congreso de Historia de CarmonA (M. González, A. Caballos, J. A. Ruiz, EEds.), Sevilla, 101-134. - Beltrán Fortes, J. (2009), “El relieve”, en P. León (Coord.), Arte romano de la Bética. Escultura, Sevilla, 277-319. - Beltrán, J.; García, M. A.; Rodriguez, P. (2007), Los sarcófagos romanos de Andalucía. Corpus Signorum Imperii Romani. España, I.3, Murcia. - García y Bellido, A. (1949), Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid. (1958), “Catálogo de los retratos romanos de Carmona, la antigua Carmo, en la Baetica”, AEspA 31, 205-210. - León Alonso, P. (1990), “Ornamentación escultórica y monumentalización en las ciudades de la Bética”, en W. Trillmich y P. Zanker (Eds.), Stadtbild und Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischer Städte zwischen Republik und Kaiserzeit (Madrid, 1987), München, 367 380. (2001a), “Retratos romanos de Carmona”, Carmona romana (Carmona, 1999) (A. Caballos Rufino, Ed.), Carmona, 263-291. (2001b): Retratos romanos de la Bética, Sevilla. (2009), “El retrato”, en P. León (Coord.), Arte romano de la Bética. Escultura, Sevilla, 153-233. - Loza Azagua, Mª L. (2002), “Documentos arqueológicos relacionados con el agua en el ámbito suburbano de la ‘Puerta de Sevilla’ de Carmo”, Romula 1, 175-186. (2010a), “El contexto arqueológico de la Plaza de Abastos de Carmona (Sevilla)”, Romula 9, 225-246. (2010b), “Vestido y estatus. Representaciones de luto en la estatuaria hispanorromana”, AEspA 83, 281-301. - Oria Segura, M. (2017), “Los dioses de la Carmona romana”, Religión y Espiritualidad en Carmona. De la Prehistoria a los tiempos contemporáneos. Actas del X Congreso de Historia de Carmona (Carmona, 2015) (M. González y A. Caballos, Coord.), Sevilla, 97-118. - Oria, M.; y Escobar, B. (1994), “Dioses romanos en bronce de la Bética occidental”, Arqueología del entorno del Bajo Guadiana (J. M. Campos, J. A. Pérez, F. Gómez, Eds.), Huelva, 441-467. - Peña Nieto, A. (2009), “La escultura decorativa”, Arte romano de la Bética (P. León, Coord.), Escultura, Sevilla, 321-368. - Rodríguez Oliva, P. (2009), “La escultura ideal”, en P. León (Coord.), Arte romano de la Bética. Escultura, Sevilla, 41-151.
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