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Livio, 28, 22 Flamstead Walters, C. et Seymour Conway, Oxford,1991 | 22. Res interim nihilo minus ab legatis gerebantur. Marcius superato Baete amni, quem incolae Certim appellant, duas opulentas ciuitates sine certamine in deditionem accepit. Astapa urbs erat Carthaginiensium semper partis ; neque id tam dignum ira erat quam quod extra necessitates belli praecipuum in Romanos gerebant odium. Nec urbem aut situ aut munimento tutam habebant quae ferociores iis animos faceret ; sed ingenia incolarum latrocinio laeta ut excursiones in finitimum agrum sociorum populi Romani facerent impulerant et uagos milites Romanos lixasque et mercatores exciperent. Magnum etiam comitatum, quia paucis parum tutum fuerat, transgredientem fines positis insidiis circumuentum iniquo loco interfecerant. Ad hanc urbem oppugnandam cum admotus exercitus esset, oppidani conscientia scelerum, quia nec deditio tuta ad tam infestos uidebatur neque spes moenibus aut armis tuendae salutis erat, facinus in se ac suos foedum ac ferum consciscunt. Locum in foro destinant quo pretiosissima rerum suarum congererent. Super eum cumulum coniuges ac liberos considere cum iussissent, ligna circa exstruunt fascesque uirgultorum coniciunt. Quinquaginta deinde armatis iuuenibus praecipiunt ut, donec incertus euentus pugnae esset, praesidium eo loco fortunarum suarum corporumque quae cariora fortunis essent seruarent ; si rem inclinatam uiderent atque in eo iam esse ut urbs caperetur, scirent omnes quos euntes in proelium cernerent mortem in ipsa pugna obituros ; illos se per deos superos inferosque orare ut memores libertatis, quae illo die aut morte honesta aut seruitute infami finienda esset, nihil relinquerent in quod saeuire iratus io hostis posset ; ferrum ignemque in manibus esse; amicae ac fideles potius ea quae peritura forent absumerent manus quam insultarent superbo ludibrio hostes. His adhortationibus exsecratio dira adiecta si quem a proposito spes mollitiaue animi flexisset. Inde concitato agmine patentibus portis ingenti cum tumultu erumpunt ; neque erat ulla satis firma statio opposita, quia nihil minus quam ut egredi moenibus auderent timeri poterat. Perpaucae equitum turmae leuisque armatura repente e castris ad id ipsum emissa occurrit. Acrior impetu atque animis quam compositior ordine ullo pugna fuit. Itaque pulsus eques qui primus se hosti obtulerat terrorem intulit leui armaturae; pugnatumque sub ipso uallo foret, ni robur legionum perexiguoad instruendum dato tempore aciem direxisset. Ibi quoque trepidatum parumper circa signa est cum caeci furore in uolnera ac ferrum uecordi audacia ruerent ; dein uetus miles, aduersus temerarios impetus pertinax, caede primorum insequentes suppressit. Conatus paulo post ultro inferre pedem, ut neminem cedere atque obstinatos mori in uestigio quemque suo uidit, patefacta acie, quod ut facere posset multitudo armatorum facile suppeditabat, cornua hostium amplexus, in orbem pugnantes ad unum omnes occidit. | 22. Entretanto los legados desarrollaban igualmente las operaciones. Marcio cruzó el río Betis, que los indígenas llaman Certis, y consiguió sin lucha la rendición de dos poderosas ciudades. Astapa era una ciudad que siempre había tomado partido por los cartagineses; pero más que esta circunstancia, provocaba la cólera de los romanos el hecho de que, al margen de las exigencias de la guerra, sentía un odio especial hacia ellos. Y sin embargo no tenían una ciudad cuya seguridad en razón del emplazamiento o la fortificación pudiera inspirarles mayor audacia; pero el carácter de sus moradores, inclinado al bandolerismo, los había llevado a realizar incursiones en el vecino territorio de los aliados del pueblo romano y a capturar soldados romanos extraviados y cantineros y mercaderes. Incluso habían exterminado a una caravana muy numerosa —ya que yendo pocos se corría peligro— tras tenderle una emboscada en una zona abrupta cuando atravesaba su territorio. Cuando el ejército marchó a atacar esta ciudad, sus habitantes, conscientes de sus fechorías, como no les parecía seguro entregarse a tan enconados enemigos y no tenían esperanzas de defender su vida con las murallas o las armas, tomaron una resolución horrible y salvaje contra sí mismos y contra los suyos. Eligieron en el foro un lugar donde apilar sus objetos de más valor. Sobre el montón hicieron que se colocasen sus mujeres e hijos y alrededor pusieron leña metiendo en medio haces de ramaje. Después ordenaron a cincuenta jóvenes armados que permaneciesen allí cuidando los bienes y las personas, más queridas que los bienes, mientras el resultado del combate se mantuviera incierto; si veían que se decantaba en contra y que la ciudad estaba a punto de ser tomada, que supieran que todos los que veían marchar al combate encontrarían la muerte en la propia batalla; por los dioses de lo alto y de las profundidades les suplicaban que pensasen en la libertad, que aquel día debía terminar en una muerte honrosa o en una esclavitud ignominiosa, y no dejasen nada en lo que pudiera ensañarse su airado enemigo; tenían en la mano el hierro y el fuego: que las manos amigas y fieles destruyesen lo que estaba destinado a perecer, antes de que los enemigos lo escarneciesen entre burlas insolentes. A estas exhortaciones siguió una terrible maldición contra todo aquel que se desviase de esta decisión por vana esperanza o por blandura. A continuación se abrieron las puertas y salieron con gran estrépito en impetuoso tropel; no había la oposición de ningún puesto de guardia suficientemente sólido porque cualquier cosa era de temer menos que se atrevieran a salir de las murallas. Escuadrones de caballería muy reducidos y tropas ligeras enviadas al instante desde el campamento con ese fin expreso les salieron al paso. La lucha fue dura por su impetuosidad y coraje más que organizada y ordenada en forma alguna. Así, el repliegue de la caballería, que se había enfrentado la primera con el enemigo, sembró el pánico entre las tropas ligeras, y se habría llegado a combatir al pie mismo de la empalizada si no se hubiese alineado en orden de batalla el grueso de las legiones, a las que se dio un tiempo muy breve para formar. También entonces hubo unos instantes de desconcierto en torno a las enseñas, pues se lanzaban ciegos de furia, con audacia insensata, contra el hierro que los hería; después, los soldados veteranos, impertérritos frente a la temeraria embestida, abatieron a los primeros conteniendo a los que venían detrás. Poco después intentaron avanzar a su vez, y cuando vieron que nadie retrocedía y que estaban todos decididos a morir en su puesto abrieron el frente, cosa que les permitía hacer sin dificultad su elevado número, envolvieron por los lados al enemigo que peleaba formando círculo y los abatieron a todos sin excepción. (Trad. Villar Vidal, J. A., Gredos) |
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Pl. 3, 12 Mayhoff, K. C., Teubner, (1967) | 12 Singilis fluvius, in Baetim quo dictum est ordine inrumpens, Astigitanam coloniam adluit, cognomine Augustam Firmam, ab ea navigabilis. huius conventus sunt reliquae coloniae inmunes Tucci quae cognominatur Augusta Gemella, Ituci quae Virtus Iulia, Vcubi quae Claritas Iulia, Vrso quae Genetiva Urbanorum, inter quae fuit Munda, cum Pompeio filio rapta; oppida libera Astigi vetus, Ostippo; stipendiaria Callet, Callicula, Castra Gemina, Ilipula Minor, Marruca, Sacrana, Obulcula, Oningi, Sabora, Ventippo. Maenubam amnem, et ipsum navigabilem, haut procul accolunt Olontigi, Laelia, Lastigi. | 12. El río Singilis, que desemboca en el Betis en el sitio que se ha dicho, baña la colonia Astigitana, de sobrenombre Augusta Firma, y es navegable desde ella. Las otras colonias inmunes de impuestos de este conventus son Tucci, de sobrenombre Augusta Gemella, Ituci Virtus Iulia, Ucubi Claritas Iulia y Urso Genetiva Vrbanorum, entre las que estuvo Munda, conquistada junto con Pompeyo hijo; son ciudades libres Astigi Vetus y Ostippo; son estipendiarias Callet, Callicula, Castra Gemina, Illipula Minor, Marruca Sacrana, Obulcula, Oningi, Sabora, Ventippo. No lejos del río Maenuba, también navegable, están Olontigi, Laelia y Lastigi. |
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Apiano, Iberica, 33 L. Mendelssohn. Leipzig. Teubner. 1879 | 33] Ἀσταπὰ δ᾽ ἦν πόλις Καρχηδονίοις ἀεὶ ἐμμείνασα ὁμαλῶς: οἳ τότε τοῦ Μαρκίουσφᾶς περικαθημένου, συγγιγνώσκοντες ὅτι Ῥωμαῖοι λαβόντες αὐτοὺςἀνδραποδιοῦνται, τὴν περιουσίαν σφῶν ἐς τὴν ἀγορὰν συνήνεγκαν, καὶ ξύλαπεριθέντες αὐτῇ τὰ τέκνα καὶ τὰ γύναια ἐπέβησαν ἐπὶ τὴν ὕλην. πεντήκοντα δὲ σφῶνὥρκωσαν τοὺς ἀρίστους, ὅταν ἡ πόλις ἁλίσκηται, τὰ γύναια καὶ τοὺς παῖδας ἀνελεῖνκαὶ τὸ πῦρ ἅψαι καὶ ἑαυτοὺς ἐπικατασφάξαι. οἱ μὲν δὴ μάρτυρας τῶνδε ποιησάμενοιτοὺς θεούς, ἐξέδραμον ἐπὶ τὸν Μάρκιον οὐχ ὑφορώμενον οὐδέν, ὅθεν αὐτοῦ τοὺςψιλοὺς καὶ τοὺς ἱππέας ἐτρέψαντο. ὁπλισαμένης δὲ τῆς φάλαγγος, τὰ μὲν τῶνἈσταπαίων ἦν ἄριστα, ἐξ ἀπογνώσεως μαχομένων, Ῥωμαῖοι δ᾽ ὅμως ἐκράτουν αὐτῶνδιὰ τὸ πλῆθος: οὐ γὰρ δὴ τῇ γε ἀρετῇ χείρους ἦσαν οἱ Ἀσταπαῖοι. πεσόντων δὲἁπάντων, οἱ πεντήκοντα τὰς γυναῖκας καὶ τὰ παιδία κατέσφαξαν, καὶ τὸ πῦρἐγείραντες ἑαυτοὺς ἐπέρριψαν, ἀκερδῆ τοῖς πολεμίοις τὴν νίκην ἐργασάμενοι. ὁ δὲΜάρκιος τὴν ἀρετὴν τῶν Ἀσταπαίων καταπλαγεὶς οὐκ ἐνύβρισεν ἐς τὰ οἰκόπεδααὐτῶν. | 33. Astapa era una ciudad que, siempre y en bloque, había permanecido fiel a los cartagineses. Sus habitantes, en esta ocasión en que Marcio tenía establecido el cerco en torno a ellos, convencidos plenamente de que si los romanos los apresaban los iban a reducir a la esclavitud, reunieron todos sus enseres en la plaza pública y tras apilarles alrededor troncos de madera, hicieron subir sobre la pila a los niños y mujeres. Tomaron juramento, a cincuenta hombres notables de entre ellos, de que, cuando la ciudad fuera apresada, matarían a las mujeres y a los niños, prenderían fuego a la pila y se degollarían a sí mismos. Los astapenses, poniendo a los dioses por testigos de estas cosas, se lanzaron a la carrera contra Marcio, que no sospechaba nada, por lo que hicieron replegarse a sus tropas ligeras y a la caballería. E incluso, una vez que estuvo dispuesta la legión con sus armas, las tropas de los astapenses eran, con mucho, las más destacadas por combatir a la desesperada, pero, no obstante, se impusieron los romanos por el número, ya que por el valor no fueron inferiores en absoluto los de Astapa. Y cuando todos estuvieron muertos, los cincuenta que quedaban degollaron a las mujeres y a los niños, prendieron el fuego y se arrojaron a sí mismos a él, dejando a los enemigos una victoria sin provecho. Marcio, sobrecogido por el valor de los de Astapa, no cometió ningún acto de violencia contra sus casas. (Trad.: Sancho Royo, A., Gredos) |
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It. Ant. 411,3 (Cuntz, O., 1927) | 409,1 Item a Gadis Corduba m. p. CCXCIIII sic 2 Ad Pontem m. p. XII 3 Portu Gaditano m. p. XIIII 4 Hasta m. p. XVI 410,1 Ugia m. p. XXVII 2 Orippo m. p. XXIIII 3 Hispali m. p. VIIII 4 Basilippo m. p. XXI 411,1 Carula m. p. XXIIII 2 Ilipa m. p. XVIII 3 Ostippo m. p. XIIII 412,1 Barba m. p. XX 2 Anticaria m. p. XXIIII 3 Ad Gemellas m. p. XXIII 4 Ipagro m. p. XX 5 Ulia m. p. X 6 Corduba m. p. XVIII | 409, 1 Igualmente desde Gades a Corduba 294 millas de este modo: 2 hasta el Puente 12 millas 3 hasta el Puerto Gaditano 14 " 4 hasta Hasta 16 " 410, 1 hasta Ugia 27 " 2 hasta Orippo 24 " 3 hasta Hispalis 9 " 4 hasta Basilippo 21 " 411, 1 hasta Carula 24 " 2 hasta Ilipa 18 " 3 hasta Ostippo 14 " 412, 1 hasta Barba 20 " 2 hasta Anticaria 24 " 3 hasta Ad Gemellas 23 " 4 hasta Ipagro 20 " 5 hasta Ulia 10 " 6 hasta Corduba 18 " |
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An. Rav. 316, 16 (Schnetz, 1940) | 316, 9 Iterum in ipsa Spania est civitas 10 que dicitur 11 Hispalis, cuius iuxta est civitas 12 que dicitur 13 Balsilippa 14 Cirsone 15 Olipium 16 Osipon 17 Urgapa 18 Antigaria 19 Rataspen | 316, 9 Además en la misma Hispania está 10 la ciudad que se llama 11 Hispalis, en cuyas cercanías está la 12 que se llama [ciudad 13 Basilippo 14 Vrso 15 Ilipula 16 Ostippo 17 Barba 18 Anticaria 19 Aratispi |
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