Tipo | Descripción | |
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Muralla |
Se trata de una construcción íbera, delimita un espacio triangular cuya superficie alcanza las 10.5 Ha y un kilometro de perímetro que se adapta a la topografía del terreno. El lienzo está jalonado a intervalos regulares por torres y contrafuertes rectangulares destacándose la puerta oriental. Los sectores intervenidos muestran una construcción de opus incertum unido a hueso en hileras regulares con un núcleo de cascotes, con una anchura que varia entre los 4-9 m. En algunos puntos se ha podido constatar la existencia de algunos contrafuertes interiores que aumentaban la soliden del cerco, conservándose algunos con una altura de 2.5 m. Los trabajos arqueológicos han puesto de relieve un uso continuado debido a las múltiples reformas identificadas, pudiendo fecharse la construcción en el VII-VI a.C. (Cunliffe-Fernández, 1992; Morena y Moreno, 2010, 434-435). En lo que respecta a las puertas, solo se conoce una, ubicada en el tramo oriental. Se encuentra flanqueada por sendas torres de composición idéntica, Con unas dimensiones de 8x9'70 m, los muros perimetrales se elaboraron con opus siliceum -unos bloques de gran tamaño regularizados de forma trapezoidal dispuestos en hiladas pseudohisódomas con llagas verticales oblicuas creando un claroscuro que da aspecto de robustez-. Las torres cuentan con una cimentación interior en forma de cruz, rellenándose los cuatro espacios resultantes con tierra arcillosa y cascotes, lo que permitía un gran ahorro de material y dando solidez a una estructura que debía contar con un segundo cuerpo. Entre ambas torres se dispone una pavimentación de losas irregulares bien imbricadas, dejando a ambos lados unos acerados de 50-60 cm de anchura y sobreelevados unos 35 cm sobre el viario. Se han conservado evidencias que apuntan a la existencia de una doble puerta de doble batiente (Morena y Moreno, 2010, 438-441). |
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Macellum |
Ubicado en el corazón de la ciudad, el macellum se sitúa junto a otros grandes conjuntos como son el foro y unas termas en una de las vías principales. Cuenta con una obra monográfica (Morena, Moreno y Martínez, 2012) además de varios estudios parciales desde su descubrimiento en 2009. Se han identificado hasta 8 fases, asumiendo las funciones mercantiles desde la fase II, aunque ya en época republicana (fase I) se han constatado evidencias de actividades comerciales o artesanales. El primer mercado (fase II, época Tiberio-Claudio), es de tipología helenística con un patio central abierto con 13 tabernae y una superficie total de 370 m2, teniendo el patio 69'55 m2, pavimentado mediante calizas irregulares y dotado de un canal perimetral en los lados oeste, sur y este que desaguaba hacia el decumano máximo. En la fase III sufrió una reforma que alteró notablemente la fisonomía con el objetivo de disponer de un mayor número de tabernae dividiendo el macellum en dos sectores incomunicados. El sector oeste cuenta con 150'35 m2 y el este con 218'97 m2. Tanto para esta fase como para la anterior se dispone de un buen número de restos óseos entre los que se encuentran especies de bóvido mayormente y caprinos domésticos en menor medida. En la fase IV (último tercio del II d.C.) se identifica un fenómeno de abandono y ruina a finales de la centuria que también se ha constatado en el foro y ya en la fase V (primer cuarto del III d.C.) se produce la reducción del mercado quedando el sector occidental en desuso y colmatado. De esta forma el conjunto resultante contará con 219'29 m2 y 10 tiendas distribuidas en torno al patio central. Ya en el siglo III se reformará sustancialmente durante un periodo de abandono progresivo usando algunos espacios para la guarda del ganado. Las dos últimas fases (finales del III-IV) se producirá el abandono total y, por último su expolio sistemático a lo largo de toda la tardoantigüedad. |
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Complejos Sacros |
Ubicado en el extremo meridional y extramuros se localiza un santuario de origen íbero (Morena López, 2014; 2017; 2018). Los restos han permitido identificar un primer templo (A) al que le sucedió una segunda construcción en la fase siguiente (B) que derribó buena parte de las edificaciones anteriores. Tiene un vestíbulo o porte ubicado en la parte sur de 9x3'4 m tras el cual se abre un patio rectangular de 9x7'2 m y del cual se conserva parte de la pavimentación. Por último el complejo esta presidido por una cella casi cuadrangular (4'9x3'9 m) con una rampa o escalinata de acceso y una columna en la parte central de fuste liso que servía de apoyo para la cubierta. En el interior se constataron numerosos exvotos que vinculan al complejo con la presencia de un manantial cuya agua posee propiedades terapéuticas. La construcción del templo A se fecha en el siglo III y tuvo un uso importante durante los siglos II-I a.C. pudiendo llegar incluso hasta el cambio de Era. A la fachada del templo B se adscriben una serie de relieves, el primero con figuras femeninas ataviadas con túnica y mantos ceñidos portando un vaso ritual, y el segundo que haría las veces de dintel con motivos vegetales. Del mismo modo se recuperaron dos aras con restos de combustión y tres exvotos que fueron intencionadamente ocultados. Los análisis astronómicos realizados permiten proponer la existencia de un ritual de luz en el espacio de la cella, donde los rayos del sol podrían jugar un papel importante en los solsticios y equinoccios, pudiendo incluso haber servido la cella como calendario. |
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